Nicolás Maduro y la trampa venezolana, por Ramiro Escobar

"Al estilo de su pariente político Daniel Ortega, el régimen venezolano ha apelado al viejo y cansado truco de sacar de carrera a la única candidatura que, realmente, lo podía hacer tambalear"

A pesar de haberse comprometido en Barbados, en los diálogos entre el gobierno y la oposición, a organizar unas elecciones limpias y democráticas, todo indica que Nicolás Maduro no se está tomando en serio los comicios actuales, y que su palabra vale tanto como una arepa mal hecha. Ya lo había advertido, hace unos meses, cuando dijo: “Vamos a ganar, por las buenas o por las malas”.

Los baches múltiples puestos a la candidatura de María Corina Machado, y luego a su reemplazante Corina Yoris, para que ninguna de las dos Corinas postule a nombre de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) caminaron entre lo delirante y lo autoritario: se bloqueaba el sistema, había cientos de policías alrededor del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Finalmente, este sector de la oposición logró inscribir provisionalmente al exdiplomático Edmundo González Urrutia, para salvar la trampa electoral. Mientras que, por otro, lado postula por “Un nuevo tiempo” Manuel Rosales, el gobernador del estado de Zulia, un veterano opositor que se enfrentó sin fortuna al granítico Hugo Chávez en el 2006.

Primer efecto del trapicheo político de Maduro: dividir a la oposición, hasta el punto de que en su interior se generaron acusaciones de falta de unidad, traición y otras cosas Rosales. Sin embargo, ha sabido sobrevivir en todos estos años a los cabes del chavismo, y ahora del madurismo, ha ofrecido su candidatura si Machado logra, al fin de cuentas, inscribirse.

Algo muy improbable porque -al estilo de su pariente político Daniel Ortega- el régimen venezolano ha apelado al viejo y cansado truco de sacar de carrera a la única candidatura que, realmente, lo podía hacer tambalear. De momento, la oposición está tensa, golpeada, en tanto que Maduro "pone primera" para ganar los comicios sí o sí.

En los últimos días, además, el Parlamento está trabajando una oportunista Ley contra el Fascismo, el Neofascismo y Expresiones similares, que penaría a las posturas ideológicas y expresiones que, según el aparato de poder vigente, expandirían el fascismo no sólo en Venezuela, sino en el mundo. De acuerdo a la norma, habría mensajes prohibidos.

Que hay formas de neofascismo rondado en Europa y América Latina, es algo que no necesita demostración. Basta con asomarse a las redes sociales, o con observar cómo emergen, alegre y groseramente, algunos líderes políticos que incluso ya están en el poder. Existen, por supuesto, esos individuos o grupos que ven ‘comunismo’ hasta en las rosas rojas de un jardín.

Parte del problema es aquello de ‘Expresiones Similares” y, además, que se nombraría una “Alta Comisión contra el Fascismo, el Neofascismo y Otras Expresiones”, regulada nada menos que por el presidente. En otras palabras, allí podría bloquearse cualquier cosa que a Maduro le pueda sonar a preludio de lo nazi, o de una nueva guerra mundial, simplemente incómodo.

Uno de los baches que la misma oposición se ha puesto es albergar sectores duros, intransigentes, que incluso celebraron el intento de atentado al mandatario venezolano con un dron en 2018. Ya sabemos, sin embargo, que esta ley procura arrinconar a cualquiera que, a juicio de tal Comisión, sea sospechoso de protestar mucho, justo a tres meses de las elecciones 

Así se vienen estas elecciones, que serán en el -para nosotros- emblemático 28 de julio. Puede que solo participe Rosales y aglutine los votos del hartazgo. Y que sí gana se entre a un período de transición negociada. Pero lo más probable es que Maduro gane, contra toda tormenta, con lo cual Venezuela no seguirá siendo ni libre, ni independiente por la voluntad general del pueblo.

Ramiro Escobar

Meditamundo

Lic. en Comunicación y Mag. en Estudios Culturales. Cobertura periodística: golpe contra Hugo Chávez (2002), acuerdo de paz con las FARC (2015), funeral de Fidel Castro (2016), investidura de D. Trump (2017), entrevista al expresidente José Mujica. Prof. de Relaciones Internac. en la U. Antonio Ruiz de Montoya y Fundación Academia Diplomática. Profesor de Relaciones Internacionales en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Fundación Academia Diplomática.