EN VIVO | Detienen a hermano y abogado de Dina Boluarte

La salud o la libertad de elegir

El uso de grasas trans en alimentos procesados abre nuevamente el debate.

Se está planteando en el país un debate basado en el derecho de elegir que estaría siendo impedido por una disposición estatal de consumir determinados productos que han sido retirados del mercado por contar con exceso de grasas trans. Los promotores de la libertad de consumo señalan que se está coartando el derecho de los peruanos a elegir.

En la orilla del frente se ubican los defensores de la salud pública que señalan que es el Estado el responsable de garantizar la calidad de lo que consumen los peruanos. Por ello, la grasa trans en proporciones mayores a la autorizada no puede formar parte de ningún artículo. En el caso que nos ocupa, son tres productos procesados que cuentan con cantidades superiores a las que autoriza la ley y que tendrán que ser sacados del mercado y las empresas responsables deberán hacer pública la resolución que ordena el cese de venta al público.

La normativa peruana estableció el retiro progresivo de la grasa trans de los alimentos y bebidas. El límite aceptable era, en una primera etapa, menor a dos gramos por cien gramos de materia grasa. Ello de manera excepcional, porque su eliminación sería gradual porque ya venció el plazo para el retiro total.

Las grasas trans son producidas tecnológicamente y eufemísticamente aparecerán en las etiquetas de los productos que se comercializan como “aceite vegetal hidrogenado”. Pero se trata del aceite modificado para hacerlo más duradero, que sirvió en su momento para fabricar velas y que luego la industria alimentaria transformó en “manteca vegetal”, con la que se elaboran todo tipo de galletas, snacks, etc. Menor precio y mayor durabilidad de los bocados procesados hicieron posible que las grasas trans se mantuvieran por largo tiempo en la producción industrial.

¿Qué hace a la grasa trans dañina para la salud? Su consumo sostenido provoca ataques cardiacos y también cáncer. Con estos antecedentes, se ha impulsado que su presencia en los alimentos sea alertada claramente en las etiquetas y que la industria la retire de su producción.

La comida saludable es el centro de esta decisión de Indecopi. La libertad, siendo un valor fundamental, tiene un límite y se llama ley. Sería muy sano que como sociedad vayamos reclamando nuestros derechos como consumidores para ir regulando un mercado, hoy por hoy, imperfecto.