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Economía

Recesión económica se agudizaría en 2024 tras el golpe de El Niño

Un año perdido. Caída prevista del PBI reúne todos los requisitos para cerrar el 2023 por debajo del 0%, según diversos especialistas. El MEF alista créditos suplementarios para municipios y entrega de obras de prevención ante desastres en noviembre, pero gremios piden salida de Contreras. Pronósticos más optimistas no ven recuperación hasta 2026.

La recesión económica afectará a varios sectores en el Perú, lo que ha generado una gran preocupación. Foto: difusión
La recesión económica afectará a varios sectores en el Perú, lo que ha generado una gran preocupación. Foto: difusión

El anuncio de una recesión en la economía peruana por parte del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) no ha hecho más que confirmar el progresivo deterioro que se había advertido desde hace casi un año y que podría degenerar una desescalada del PBI hasta el 2026 con el atenuante de El Niño (FEN) tocando a la puerta.

A diferencia de anteriores presentaciones, en las que todavía negaba la posibilidad de una recesión en marcha, el titular del MEF, Alex Contreras, ha aplazado su previsión de crecimiento anualizado de 2023 recién hasta enero del 2024, aun cuando los números de septiembre no parecen distar de los de agosto (-0,63%) y julio (-1,29%).

El Perú tiene la capacidad potencial de crecer alrededor del 3%, lo que queremos es implementar acciones para volver a niveles de antaño”, dijo en Radio Nacional. Sin embargo, las calificadoras y consultoras parecen tenerlo más claro. El consenso del PBI 2023 es de alrededor del 0%: Moody’s (0,6%), Credicorp Capital (0%), BBVA Research (0,4%), Macroconsult (-0,2%), Thorne & Asociados (0,4%), Barclays (-0,6%), entre otros. Todos con sesgo a la baja.

Debe considerarse que esta recesión tuvo su génesis en octubre del 2022, cuando se inició una caída sostenida de la recaudación, y confirmada en julio de este año tras la conjunción de dos trimestres consecutivos a la baja, aunque el ministro Contreras descartó en ese momento dicha posibilidad. Finalmente, la teoría económica pudo más.

Sin brújula de salida

El exviceministro y docente de la Universidad del Pacífico Carlos Casas sostiene que se ha roto la relación entre la producción nacional y los índices de crecimiento de la población, con lo cual el PBI per cápita se irá al suelo. Ello implicará menos ingresos para las personas, bajo consumo, menos inversión y desempleo generalizado. Lo que sí crecerá es la pobreza, que podría tocar récord en 2023.

En esta línea, Casas descarta un efecto rebote de la economía en 2024, como ocurrió tras la pandemia, debido a los azotes de El Niño –Contreras dice que terminará la ejecución preventiva en noviembre, es decir, en un mes y una semana– y la baja predictibilidad empresarial. En su lugar, anticipa un crecimiento desmedido de la informalidad.

“En algunos meses quizá haya algún rebote, pero no será nada espectacular. Tampoco hay grandes proyectos en el horizonte, que eran una especie de señal para los inversionistas. Ahí es donde uno ve que la inversión es básicamente privada y depende de las expectativas, que no están e su mejor momento ahora”, relata. 

Juan José Marthans, director del Área Académica de Economía PAD Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, va más allá y no ve una recuperación clara, al menos, hasta 2026.

El exjefe de la SBS declara que el solo detonante de un FEN severo “licuaría” las actuales previsiones de 2% - 2,4% del PBI en 2024 hasta cero, sumado a la ralentización de los motores mineros, que tuvieron en Quellaveco su último aliento.

“Si revisamos, la inversión privada para el trienio 2022-2023-2024, según el BCRP, será negativa. Por tanto, es altamente probable que ese PBI se licúe en términos de expansión y tengamos también un crecimiento cercano a 0%”, ataja.

Marthans añade que los “factores que están comprimiendo la dinámica productiva son exógenos”, pero que no están divorciados de la conducción política, venida a menos desde el Gobierno previo. Ya no hablamos más de una economía lista para choques externos, sino de una con pronósticos sumamente vulnerables.

“Si aparece el desastre de El Niño el próximo año, las condiciones para crecer más allá del 2024 también estarán limitadas. Todo esto va a limitar el crecimiento del promedio anual de PBI al 2026. ¿Cuánto podríamos crecer en el quinquenio? Yo creo que en 1,5%,en conclusión, estará perdido”, afianza.

Recesión en cada mesa

Sin embargo, ¿qué significa para las familias peruanas que la economía haya entrado en una recesión irreversible? El economista Armando Mendoza precisa que este crecimiento negativo afecta la producción, las oportunidades de empleo y las opciones de negocio para los emprendedores.

Los estándares de vida y la capacidad adquisitiva de la población comienzan a caer. Las familias optan por restringir sus niveles de consumo, lo que afecta directamente su propio bienestar”, lamenta Mendoza.

Por su parte, Pedro Francke, exministro de Economía y Finanzas, explica que el factor clave de la desaceleración es la reducción de los salarios de los trabajadores en términos reales, ya que no se han ajustado a los niveles de inflación. Esto deriva en un menor poder adquisitivo y, por otro lado, en una disminución de ventas.

En ese sentido, una de las consecuencias próximas será la caída de la campaña navideña en comparación con años anteriores. Cabe precisar que, en particular, la recesión que atraviesa actualmente Perú implica una caída del 9% en los sectores de industria, construcción y agricultura. El único sector en repunte es la minería, lo que favorece principalmente a las empresas exportadoras.

“Es una recesión que afecta principalmente a aquellos rubros donde hay más empleo y que constituyen la principal fuente de ingresos para la mayoría de los ciudadanos. Así, golpea particularmente fuerte los bolsillos de las familias trabajadoras”, indicó Francke.

De momento, MEF apunta a inaugurar una segunda temporada de anchoveta y reactivar el gasto público –con medidas como un bono de S/600 para los trabajadores del sector público– para paliar la caída por debajo de 0% del PBI, aunque todavía sin un norte claro.

Gamarra pide la renuncia del ministro Alex Contreras

“Es inadmisible que, durante 10 meses, nos haya repetido y asegurado que todo estaba bien, que el país crecería, que habría un rebote de la economía, aunque todos los indicadores decían exactamente lo contrario. Desde Gamarra, consideramos que la permanencia del ministro de Economía ante los hechos es insostenible, se requiere de alguien capaz de implementar políticas públicas que permitan superar la recesión”, instaron desde la Asociación Gamarra Perú en un comunicado.

El congresista Carlos Anderson también cuestionó la gestión de Contreras en el MEF, la cual “ha fracasado”. Considera que el funcionario “ha sido muy bueno para vender historias”, pero la realidad lo alcanzó.

Reacciones

Juan José Marthans, director PAD U. Piura

“Se habla de un rebote en 2024. Eso es incierto, hay que tener más juicio y esperar que el frente político se reacomode para dar la viabilidad necesaria. Sin solución política, no hay solución económica”.

Carlos Casas, economista U. Pacífico

“La gente está siendo precavida para tomar decisiones de inversión o consumo. Habrá negocios que cerrarán, aunque luego quizá se recupere en algo la construcción si se pierde infraestructura”.

Puede que la salida sea muy débil

Luis Arias Minaya, exjefe de la Sunat y Banco de la Nación

Si bien una recesión no se define por la caída de dos trimestres consecutivos en el PBI, ya es una señal de alerta. Tuvimos dos caídas consecutivas del PBI en términos desestacionalizados completando el primer trimestre. Ya se advertía en mayo que íbamos a tener dos caídas al hilo. Las recesiones no suelen durar mucho tiempo, porque así como hay caídas, hay rebotes. Pareciera que en agosto hemos tocado fondo, pero no lo podremos saber hasta ver los datos de setiembre y octubre.

Puede que la salida del bajón sea muy lenta y débil; y creo que el crédito suplementario anunciado por el ministro Contreras es uno muy pequeñito. Respecto al PBI anual, es apenas 0,5% de este, y además se está dando a finales de octubre, cuando quedan solo dos meses para ejecutar el presupuesto. Sumado a que es un crédito suplementario que se financia, en propias palabras del ministro, por el chocolateo: se retiran partidas de un lado para aumentar en otras. Una política fiscal expansiva de este tipo es muy insignificante.

Considerando los riesgos latentes, como un Niño más que moderado, puede que no hayamos tocado fondo todavía. Los rebotes son inevitables, pero debemos tener en cuenta estos riesgos.

Se ha visto golpeada la manufactura no primaria, la construcción y por el lado de la demanda, se afectó la inversión privada; todo en un escenario donde se recaudaron menos impuestos por varios meses seguidos.

Los indicadores directos muestran una contracción del consumo con tarjetas de crédito y débito de hasta dos dígitos. No es el consumo total pero sí, digamos, entre los niveles socioeconómicos de ingresos más altos, que suelen usarlos. Es una anticipación de que el consumo global también cae.

Si uno se pregunta por qué el Ministerio de Economía y Finanzas no reconoció la recesión, habrá que preguntarle al MEF, pero ya había un conjunto de indicadores que nos mostraban que esto era una recesión.

Claves

  • Pronóstico. La primera vez que MEF reconoció una recesión se dio en enero del 2023, pero focalizada solo a turismo.
  • Defensa. Entre enero y junio del 2023, el consumo privado creció solo 0,3%, lo que significa el peor semestre desde el 2000, informó INEI.
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