Innovar la democracia

El 29 de junio pasado estuve en la presentación de la OECD sobre los avances que el Perú viene implementando en materia de gobierno digital. Hay avances y todos se resumen en la firme decisión de este gobierno por impulsar la adopción de lo digital en la maquinaria gubernamental en pro del ciudadano. Pero yo destaco más, que el premier Del Solar haya indicado allí que lo digital también puede afectar nuestro ejercicio de la democracia, aunque aún no seamos totalmente conscientes de ello. En efecto, es así, señor Del Solar: lo digital también está cambiando la forma de deliberar sobre temas públicos y finalmente de ejercer el poder. Si bien es cierto que los beneficios que se predican aún no se ven en toda su magnitud en el país -y probablemente en el mundo- de manera prístina, es posible ver los indicios de lo que se viene en ciertas prácticas por estos lares: un mayor ejercicio de la observancia ciudadana de lo que sucede en la esfera de lo político/público vía redes sociales, demanda de mayor transparencia vía el nuevo periodismo digital y, finalmente, sanción vía el ejercicio del activismo digital -hacker cívico-. El gobierno digital peruano está con viento a favor. Toca ahora, entonces, saber qué institución (es) civil (es) puede (n) capturar el acento que el premier Del Solar ponía en esos cambios más profundos que la democracia, la lucha anticorrupción y el ejercicio de la justicia formal demandan. Se necesitan innovadores para esos espacios. Y que sean muy disruptivos.