La otra pandemia: el camino hacia la búsqueda de la vacuna preventiva contra el VIH
Jorge Gallardo, médico infectólogo del CITBM, dio detalles del proyecto Mosaico, el estudio de la vacuna contra el VIH que se encuentra en la fase 3 de ensayos clínicos.
Vivimos en medio de una crisis sanitaria como la del coronavirus; aún así, en tiempo récord la ciencia y la medicina trabajaron de la mano para crear una vacuna preventiva que está protegiendo a millones de personas. Sin embargo, hay otra pandemia en paralelo: la del VIH. Desde hace 40 años, la existencia de este virus ha causado un problema de salud pública y provocó la muerte de alrededor de 32 millones de personas desde 1980.
Durante la exposición “Vacunas para la prevención del VIH: un camino labrado de esperanza”, Jorge Gallardo, médico infectólogo del Centro de Investigaciones Tecnológicas Biomédicas y Medioambientales (CITBM), comentó sobre los ensayos de la vacuna del proyecto Mosaico, que se está aplicando en el Perú desde setiembre del año pasado. Según el Ministerio de Salud (Minsa), hay 87.000 peruanos contagiados con VIH, casi 79.628 personas se encuentran en tratamiento y 800 mueren al año, en promedio.
La meta del mundo es terminar con el VIH/sida al 2030, mientras que en el Perú ha tenido un avance significativo, al reducir la mortalidad en 40% en los últimos diez años.
El proyecto Mosaico: en la búsqueda de la vacuna contra el VIH
El proyecto Mosaico, también conocido como HVTN 706/HPX3002, es la prometedora vacuna contra VIH que es llevado a cabo por Janssen, filial de Johnson & Johnson, quienes desarrollaron una vacuna contra la COVID-19 de una dosis.
Se encuentra en la tercera y última fase de ensayos clínicos por primera vez en diez años, donde se busca probar la eficacia y seguridad. En Perú se aplica desde setiembre del 2020 y también forman parte del estudio el propio Estados Unidos, Argentina y Brasil en América, mientras que en Europa están Italia, Polonia y España.
“Es un ensayo clínico acá en Perú y ha enrolado 3.800 voluntarios entre hombres que tienen sexo con hombres o con mujeres transgénero. La mitad de los participantes recibe el régimen de vacunas que fue elegido para el ensayo de fase III y el otro grupo recibe placebo. Lo que vamos a evaluar, luego del seguimiento del mes 24 al mes 30, es la proporción de pacientes que pueden contraer el VIH en el periodo de estudio”, comentó el doctor Gallardo.
En el sitio web del proyecto cuentan que el esquema de vacunas del estudio, que consiste en las vacunas Ad26.Mos4.HIV (vacuna Ad26) y gp140 mosaico y de clado C (vacuna gp140). “Las vacunas que se evalúan en este estudio no pueden provocar una infección por VIH ni SIDA. No se elaboran a partir del VIH vivo, VIH muerto, partes obtenidas del VIH ni de células humanas infectadas por el VIH, sino a partir de copias sintéticas (fabricadas en el laboratorio) de partes del VIH y, por lo tanto, no pueden provocar una infección por VIH ni SIDA”, indican.
La idea de este esquema de vacunas es cubrir el máximo espectro de mutaciones posibles del VIH, dado que presenta una gran cantidad de variaciones entre las cepas del virus. El protocolo tiene una duración de dos años y medio e implica que los voluntarios asistan a revisión catorce veces a lo largo de todo el periodo.
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¿Por qué no hay una vacuna contra el VIH y sí contra la COVID-19?
En declaraciones a EFE, José Alcamí, responsable de la Unidad de Inmunopatología del Sida del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) de Madrid (España), afirmó que, aparte del tratamiento de antirretrovirales, aún no se encuentra una vacuna contra el VIH porque “nuestro sistema inmunológico no está bien preparado para controlarlo”.
En cambio, con el coronavirus sí, debido a que la mayoría logra salvarse porque su sistema inmune es capaz de reconocer el virus y combatirlo con anticuerpos para controlar la infección. “La vacuna utiliza distintos mecanismos para estimular nuestro sistema inmunológico para responder al virus con antelación y producir los elementos necesarios —linfocitos T y B— para combatirlo”, siguió.
El especialista detalló que la diferencia está en los mecanismos del VIH. “Este virus tiene una mayor capacidad de mutar, más de mil veces superior a la del coronavirus, y su estructura de envuelta es distinta. El equivalente a la proteína que el SARS-CoV-2 utiliza para entrar en la célula (proteína de la espícula), en el VIH es una estructura plegada —la glicoproteína gp160— que solo se abre para introducirse en la célula”, explicó.
La importancia de la vacuna contra el VIH
Gallardo cree que, a pesar de las limitaciones que puedan existir, es importante hallar una vacuna eficaz al 90%. Pero, aun si se crea una vacuna que no funciona al 50% o menos, va a impactar positivamente desde el punto de la salud pública en la consecución de los objetivos de terminar con la epidemia del VIH.
“Si introdujéramos en un país como el nuestro una vacuna contra el VIH en el año 2027, para el año 2070 tendríamos una reducción del 78% de incidencia anual de VIH y evitaríamos una infección de 16,1 millones”, reveló.
Gallardo estimó que el promedio que se ha trazado para tener una vacuna en nuestro país es entre 10 a 15 años. “La idea con el estudio mosaico es tener resultados que hablen de la efectividad de la vacuna alrededor del 2023. Hay otras plataformas nuevas de vacunas que se están ensayando con las nuevas tecnologías de vaccinología reversa que recién están entrando a ensayos clínicos en fase I. Probablemente estemos hablando de unos 10 a 15 años de desarrollo clínico de tener una vacuna contra el VIH”, comentó.
En el Día Mundial de la lucha contra el VIH, Gallardo comentó que el virus muta mucho y cambia de forma, ligeramente al anterior. Para combatirlo, han creado numerosas estrategias: el uso correcto de preservativo y otros métodos de barrera, recomendaron el uso de jeringas limpias para las personas que se aplican drogas intravenosas, amplificaron los testeos de pruebas serológicas para detectar 42 días después de la infección para que tengan acceso al tratamiento y descubrieron nuevas drogas antirretrovirales, como tomar una pastilla diaria.