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Sociedad

Manuel Merino, inquilino precario en Palacio de Gobierno

Especialistas evalúan el poco respaldo ciudadano que tiene Manuel Merino. Agregan que la figura presidencial se ha devaluado.

Cuestionan a Manuel Merino.
Cuestionan a Manuel Merino.

Manuel Merino de Lama asumió la presidencia del Perú en un clima de creciente rechazo ciudadano. Las protestas, en varias ciudades, expresan el descontento con su asunción.

¿Cuál es el riesgo de un gobierno sin respaldo ciudadano? La República consultó a un catedrático, a un abogado y a una exautoridad política para intentar responder a esta pregunta.

El docente universitario Alberto García Campana considera que el descontento ciudadano conlleva al descrédito y la falta de respeto al gobierno de turno. “Que Merino sea presidente por la forma en que se ciñó la banda, es un pésimo aporte en la relación del gobierno con el pueblo. Algún exaltado puede darle un par de cachetadas al presidente o a algún congresista, y no pasa nada, porque la figura presidencial se ha devaluado, y Merino, antes que respeto, cosecha ahora burlas”, señaló.

El abogado magíster en Derecho Civil, Henry Delgado Urrutia, consideró que un gobierno que carece de legitimidad tiende a acudir a mecanismos ilegítimos para mantenerse en el poder.

Mientras que el ex consejero regional, Alaín Alanoca, señaló que la legitimidad está golpeada porque no hubo ninguna manifestación oficial de reconocimiento de alcaldes o gobernadores regionales a Merino como presidente. “Esto puede generar inestabilidad y romperse los canales de comunicación con las autoridades locales, que son las que están más cerca de la población”, observó.