Concienzudos y demorones
“Los demorones no deben ser confundidos con quienes acumulan datos con el ánimo de procesarlos sin las interferencias de la campaña”
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Este es, electoralmente hablando, un día extraño. Para todo fin práctico la campaña ha terminado. Sin embargo sabemos que muchas nuevas decisiones van a ser tomadas de aquí a mañana. Hay votantes que ya están seguros, aunque tengan que anotar sus dos números claves, si los tienen, en un discreto papelito.
Otros van a seguir dándole vueltas al tema, volviendo a decisiones de hace unas semanas, o encontrándose con unas nuevas que los rondaban o que no se les habían ocurrido. Para estas personas todo (una noticia, una conversación, una súbita ocurrencia) puede cambiar las cosas, incluso varías veces en pocas horas.
En lo que toca a la opción por determinado partido, las dudas de hoy quizás no van a ser tan intensas, puesto que en este aspecto las cifras se han movido poco. Además el salto de un membrete a otro es una decisión de peso, a la que no imaginamos resolviéndose al filo de la urna o la pantalla de la ONPE.
Más incertidumbre están provocando los candidatos, sobre todo los menos conocidos, sobre los que en todo momento, y hasta el final, se va acumulando información nueva. En estos casos el enganche definitivo con una persona y su número puede ser un impulso misterioso, que no siempre deja al votante satisfecho.
Dentro de una misma lista partidaria las opciones pueden ser inquietantemente parecidas, y a la vez sometidas a diferencias radicales, como el jardín de Borges donde los senderos se bifurcan. ¿Mujer u hombre? ¿Experimentado o nuevo? ¿Consensual o polémico? ¿Necesita mi voto o va a entrar de todas maneras?
Quizás hay quienes se habían venido sintiendo muy seguros con su decisión, y hasta la mañana de hoy no sabían que en el fondo sí estaban dudando. Quizás esta es la peor situación para el ciudadano concienzudo. Frente a la perspectiva de una decisión atropellada, quizás lo mejor que puede hacer es quedarse con la original.
¿Es malo dudar en el último día? No se sabe. En todo caso son aplazamiento y desidia que tienen su propio castigo. Los demorones no deben ser confundidos con quienes acumulan datos con el ánimo de procesarlos sin las interferencias de la campaña. Son los votantes ideales, que de alguna manera mágica orientan toda la elección.
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