El año que podría

Voceros del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) han señalado que el año 2020 podría ser mejor que lo proyectado, distinto al actual que se vio impactado por la baja evolución de la inversión pública y la caída de algunos sectores primarios. En ese sentido, se anota la posibilidad de que el crecimiento final del próximo año podría ser superior al estimado de 3,8%.

Para que ello suceda se deben anotar hasta tres grupos de factores: problemas de gestión pública, políticos y estrictamente económicos.

Entre los primeros habría que incidir en la mejora de la inversión pública, que ha crecido en bajos porcentajes en los ultimos años y que según el BCR ha tenido un desempeño aun más bajo entre enero y octubre de este año, en que se redujo en -2,4%.

Tres factores podrían concurrir a este resultado y deben ser corregidos en procura de un mejor desempeño. Por un lado, el hecho de que este es el primer año de gestión de los gobiernos regionales y locales, a los que se suma la alta rotación de los ministerios del gobierno central, y la retracción de la obra pública como efecto de los procesos de investigación de los procesos de contratación pública.

En este grupo de problemas de gestión pública se inscriben los decretos de urgencia expedidos para acelerar el gasto, a los cuales deben agregarse medidas de impacto eficaces, más allá de los llamados a la corrección, en por lo menos ocho ministerios: Salud, Interior, Justicia, Producción, Vivienda, Construcción y Saneamiento, Ambiente y Educación, que hasta el 30 de noviembre no llegaban al 40% de ejecución de su presupuesto anual asignado.

Por otro lado, la estabilidad política tiene un efecto propio para aumentar la confianza de los inversores y consumidores, y en la elaboración de los indicadores de riesgo país con los que se toman importantes decisiones en los mercados globales, en donde el sistema político peruano es apreciado con mejores fundamentos que varios de sus vecinos.

Finalmente, en la perspectiva de un mejor desempeño en lo estrictamente económico, no se puede relativizar el efecto de la caída de Pesca y Minería, -1,6% y -18,5%, respectivamente este año, débilmente compensado por la actividad de los sectores no primarios. Un mejor año 2020 implica tasas más altas de evolución en algunos de los dos sectores en el primer semestre del año que se inicia en breve.

El mensaje de las cifras es claro. Un buen año 2020 en materia económica depende de factores combinados, y especialmente de rango interno, ante los cuales deben emplearse con denuedo el Estado y los actores de la política y el mercado.