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Política

El mecanismo

TOLA
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Esta semana ha quedado claro que, en la mayoría de los casos, la oposición al acuerdo entre Odebrecht y la justicia peruana no es resultado de posiciones críticas, meditadas y honestas, sino una pura reacción defensiva de quienes se ven cercados por la información que proviene de la colaboración de la constructora brasileña.

Quizá en el mundo de la política es donde resulta más notorio. Si nos detenemos un instante a revisar la lista de presidentes, alcaldes, candidatos, congresistas y gobernadores regionales que han sido incriminados por haber recibido dineros del departamento de operaciones estructuradas, abarcaremos todo el espectro ideológico de nuestro país. Desde la izquierda de Susana Villarán hasta la derecha autoritaria de Keiko Fujimori, pasando por Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, César Villanueva, Luis Castañeda Lossio y Félix Moreno: nadie se salva.

Hablamos del núcleo duro de la política nacional, personas con enormes recursos, que en algunos casos han tenido a todo un poder del Estado bajo su control empleándolo sin ningún pudor a la hora de su defensa. Proyectos de ley inconstitucionales, comisiones de investigación farsescas, permanentes blindajes descarados, voceros enardecidos, matonescos y mentirosos: han echado mano de todos los recursos posibles.

Alrededor de ellos orbita una semiperiferia de jueces y fiscales cuestionados, dedicados a obstaculizar investigaciones, en algunos casos integrantes de mafias judiciales como los Cuellos Blancos del Puerto. El ejemplo más conspicuo debe ser Pedro Chávarry, que perdió el puesto de Fiscal de la Nación de mala manera, luego de intentar descabezar al equipo especial Lava Jato.

Ahora se le ha sumado el fiscal supremo Tomás Aladino Gálvez, quien envió un oficio pidiendo la citación de todo el grupo de trabajo por «incongruencias y deficiencias» en el acuerdo de colaboración eficaz, un evidente manotazo de ahogado de la corrupción. Recordemos que Gálvez aparece negociando favores indebidos en más de uno de los audios de la corrupción, lo que le ha costado una medida de impedimento de salida del país.

Finalmente, en la periferia de este sistema se encuentra un protagonista igual de importante: la prensa. Han existido dos caminos por los que varios periodistas se han beneficiado. Por una parte están quienes recibieron dinero directamente de la Caja «B» para operar a favor de Odebrecht, cuyos nombres han comenzado a conocerse esta semana.

De otro lado se encuentran aquellos que recibieron el auspicio de los propios investigados, que por un puesto y un sueldo se entregaron a hacerle el juego a la corrupción, a proteger a los políticos más cuestionados y a demoler las honras ajenas. Unos y otros alquilaron sus plumas y su conciencia, y forman parte de la peor tradición de la prensa nacional.


Raúl Tola. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.