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Política

El fin de los compartimientos estancos

“El adelanto de elecciones permite avanzar hacia la solución de la crisis de régimen pues se van todos –o casi todos– sus actores políticos”.

Campodónico
Campodónico

El anuncio del presidente Vizcarra el 28 de julio es la confirmación de que la actual situación política “no da para más”. El entrampamiento de estos últimos tres años es la manifestación de una crisis terminal de régimen, que debe dar paso a una redefinición de las relaciones políticas, sociales y económicas.

Algunos dicen que se ha priorizado la lógica de la sobrevivencia política por encima de la agenda económica, como si ésta tuviera primacía absoluta. Pero recordemos que la ha tenido en los últimos 30 años y que, por ello, hemos llegado a esta situación.

Quienes dicen que los problemas económicos se originan con Humala y se prolongan con PPK y Vizcarra, debido a problemas de “liderazgo” y de “gestión”, no quieren ver que el crecimiento económico tuvo gran bonanza debido a los altos precios de las materias primas.

Se insistió en el “piloto automático” y continuó la dependencia. Esta es una de las razones que impidió avanzar en las reformas institucionales, judiciales, políticas y económicas para la sostenibilidad en el mediano y largo plazo. Y hoy toca a la puerta, con fuerza decuplicada por la enorme corrupción existente en todos los niveles.

Se dice también que su anuncio elevó el riesgo político para las inversiones, perjudicando el crecimiento. ¿Pero acaso la corrupción existente no ha influido en las decisiones de inversión? ¿Acaso el PBI no viene cayendo desde hace ya buen tiempo –solo se va a crecer 3,2% en el 2019– lo que ha impactado en los niveles de empleo y salarios, que ya tienen índices negativos y la gente los siente?

El manejo económico actual comparte esa responsabilidad. En el mensaje (1) no hubo un anuncio de fuerte impulso a la inversión pública –que está en el bajísimo nivel de 3.8% del PBI– para lograr la reactivación económica, porque al MEF lo que le interesa es la reducción del déficit para lograr la “consolidación fiscal”. ¿Lo sabe Vizcarra? Varias veces nos hemos hecho la pregunta. La respuesta: lo más probable es que sí.

Por eso seguramente el ministro Oliva, post mensaje, ha dicho: “la expectativa es que no haya marcha atrás en la licencia de Tía María” (Gestión, 30/7). Agregó: “pongámonos de acuerdo con el Congreso en este año que nos queda en trabajar con celeridad y máximo esfuerzo para aprobar la ley del régimen agrario, saquémosla la otra semana si es posible, y todas las propuestas enviadas por el Ejecutivo hasta fin de año” (ídem).

Leyeron bien. Mientras la oposición en el Congreso distorsiona las reformas políticas, la inmunidad parlamentaria y pide la renuncia del presidente por incapacidad, en el MEF existe la expectativa de trabajar con ellos para sacar adelante todas las propuestas económicas. Quizá esta sea una de las manifestaciones más claras de las anteojeras ideológicas del “pensamiento único” de los compartimentos estancos: la economía no tiene que ver con la política.

El fondo del asunto –más allá de nuestras críticas– es que el adelanto de elecciones permite avanzar hacia la solución de la crisis de régimen pues se van todos –o casi todos– sus actores políticos. Hemos llegado al fin de los compartimentos estancos, de tratar de avanzar en un solo frente a la vez. El camino es difícil por temas constitucionales y legales, pero sobre todo por la resistencia de aquellos que se aferran a su cargo y no quieren combatir la corrupción. La voz de la gente tendrá que hacerse sentir.

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1) Nos falta espacio para analizar el mensaje, sobre todo en relación al acceso universal a internet (red dorsal), los recortes de derechos laborales y la política energética (gasoducto y masificación).

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