Un examen para que todos aprueben

Es un secreto a voces que los estudiantes de medicina que más desaprueban los exámenes para graduarse de médicos provienen de la Universidad César Vallejo. De cada 10 aspirantes solo un promedio de 3 logran pasar la valla. Es significativo que se encuentren en el top (71% de desaprobados) de la relación de las universidades que no logran alcanzar los estándares que se requieren para ejercer como médico en el Perú. También se trata de la evaluación que les permitirá a los jóvenes profesionales postular a una posición como serumista, sirviendo en alguna comunidad alejada y también presentarse a realizar el residentado.

Esta evaluación es obligatoria, se aplica a nivel nacional y busca mantener estándares de calidad en un ejercicio profesional que puede determinar la vida o la muerte del paciente. El ENAM se ha aplicado desde el 2003 y lo supervisa la Asociación de Facultades de Medicina.

El Minsa ha dispuesto que esa prueba, así como se lleva a cabo, no es la adecuada y la ha sustituido por otra que será organizada y dirigida por su sector. Básicamente las razones parecen atribuirse al precio que se cobra y al hecho de que muy pocos pasan. El promedio actual de aprobados es del 40% del total de postulantes.

La suspicacia es natural. Es un examen difícil que aprueban quienes pueden comprobar su conocimiento profesional, adquirido en las aulas y las prácticas complementarias. ¿Por qué el Minsa ha creado una nueva evaluación?

Por dinero no parece ser. Todavía no empiezan y ya se conoce que costará al erario nacional medio millón de soles. Entonces la razón no puede ser otra que bajar los estándares para que pasen todos, incluso los desaprobados de la César Vallejo. No hay que olvidar que la cuota que cobra APP, el partido de César Acuña, para sostener al régimen incluye el Ministerio de Salud y el actual titular proviene de esa organización.

Han sido las Facultades de Medicina y el Colegio Médico los que rápidamente han rechazado esta disposición del Gobierno y se han apartado de la elaboración de la prueba o cualquier otra forma de apoyo. Se trata de una medida que va a hundir en mayor zozobra a un sector que no dio la talla durante la pandemia y que ahora constituye uno de los principales pasivos del régimen de Dina Boluarte. La atención de salud es un desastre y los afectados siempre son los más vulnerables. Si ahora se gradúan médicos sin suficiente preparación, simplemente estamos condenando a la muerte, o a la enfermedad, a millones. Y los responsables tienen nombre y partido propio.