El bilateral
“Para Castillo la reunión con Argentina hacia fines de año (hay otra acordada con Chile, acaso previa) será otra brillante oportunidad de leer el texto que le escriban sus asesores de Palacio”.
El anuncio de una reunión de los gabinetes de Argentina y Perú tiene algo de grotesco. De un lado está la penosa calidad de una buena porción del gabinete peruano. De otro se sabe que Pedro Castillo no corta jamón en las reuniones del Consejo de Ministros, cuando asiste. ¿Cuál es la idea de este cónclave que parece sacado de una manga de la OEA?
Es que Castillo se ha vuelto internacional, y le gusta que los peruanos lo vean en esa distancia. Ha descubierto que los escenarios del exterior disimulan mucho sus limitaciones, en espacios donde el protocolo sustituye a la gestión administrativa. En el fondo no se logra nada, pero quedarán cosas que contar a los nietecitos.
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Este desplazamiento del cuerpo presidencial empezó con las reuniones de gabinete descentralizadas, algo así como cacerías de públicos cautivos. Nunca se ha explicado cuál ha sido su utilidad, más allá de dar un pequeño motivo periodístico para hablar de Castillo. Da la sensación que el ejercicio ha sido suspendido.
Este no es el primer gobierno que participa en gabinetes binacionales. Las ideas detrás de esto parecen ser estrechar lazos entre países, generalmente vecinos, y mostrar gobiernos que trabajan. Ciertamente son oportunidades de avanzar en la discusión de cuestiones bilaterales cuando las hay, conflictivas, comerciales, o científicas.
Durante buena parte de nuestra historia Argentina fue un aliado natural del Perú. En parte por su presencia decisiva en la gesta emancipadora, en parte por la distancia entre Lima y Santiago de Chile, en parte por una tradición que se fue retroalimentando. Es importante advertir que la relación con Chile ha cambiado, para bien.
Para Castillo la reunión con Argentina hacia fines de año (hay otra acordada con Chile, acaso previa) será otra brillante oportunidad de leer el texto que le escriban sus asesores de Palacio. Los acuerdos comerciales y de cooperación definitivamente son temas que le caen a pelo al presidente aprendiz.
Debemos entender que ambas reuniones bilaterales se realizarán en territorio peruano, dados los problemas que viene teniendo Castillo para despegar. Mientras tanto el papa Francisco anda deprimido por los jardines del Vaticano. La visita de Castillo iba a producir la alegría papal del año. Ha sido herético impedir que se produzca.
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