Poetrío

NEOCLÁSICO AREQUIPEÑO. Variaciones Victoria (Lima, Máquina purísima, 2022) está ubicado en esa medialuz entre lo poético y lo académico hacia donde desde hace un tiempo se dirige una parte de la mejor escritura moderna (Pascal Quignard, Anne Carson). No es un spoiler decir que Victoria es un cráneo y las variaciones son de Bach (Goldberg) y Beethoven (Diabelli).

¿Pero es un poemario? No necesariamente. Lo que ha escrito Carlos López Degregori más se nos antoja un eficaz artefacto de evocación cultural, y en eso cubre un terreno particularmente amplio. Lo cual no le impide ser una prenda de belleza poética excepcional. Un libro lleno además de versos notables. “¿Has visto a los ciegos extender sus dedos caracoles?”.

POP CHIMBOTANO. Fiesta (Lima, Alastor Editores, 2021) es eso mismo: una reunión de personas, momentos, sonidos, colores, a través de los cuales Denise Vega Farfán comunica su entorno con el cosmos. Es también el lugar donde todo sucede, y como toda fiesta, tiene exteriores apartados que son temas de reposo, donde los ritmos se tranquilizan.

Es una poesía que mueve a ser leída, y que se desarrolla como la explicación de algo agradable. Por ejemplo la celebración de lo astronómico desde arenales de la costa norte. Vega se ve bailando, mide sus posibilidades como animal marino, dialoga con relaciones fugaces e intensas a la vez. “Ven a la fiesta del poema. / Nadie te invitó. / No estás enlistado. / Pero entra”.

NOSTALGIAS CULTURALES. El poemario se va desarrollando como un antiguo álbum personal andino, con excepciones. Jorge Díaz Untiveros recoge momentos íntimos que la cronología le niega, pero cuyas puertas son abiertas por la poesía, desde 1919 hasta la fecha. Viñetas ordenadamente trabajadas en las que se puede oír el resistente sepia.

Así es Retablo (Lima, PanÓptico, 2022), un naipe de cariñosas postales para la vida, la de su autor Jorge Díaz Untiveros y la de su gente. Los poemas más intensos captan el espíritu de un lugar a través de la captura de un momento.