¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

¿Hasta que se rompa la pita?, por Irma del Águila

“Debajo de esa aparente calma chicha se van embalsando los disgustos y el hartazgo ciudadanos”.

Cuando el 28 de julio escuchamos a un presidente que no dijo nada de lo que tenía que decirle a la ciudadanía y una oposición ganada por la grita y la alharaca delante de cámaras, se robustece una forma de entender la “crisis”, como cambalache y caricatura.

Lo es, pero solo en parte. La discusión del momento no puede detenerse en las escaramuzas entre castillistas y fujicerronistas, mareando a la perdiz. Más aún que, a estas alturas, muchos sospechan que la pelea entre “vacadores” y “corruptos” en el Congreso no llega a nada. Los congresistas no quieren irse y Castillo lo sabe. Sino veamos cómo a la bulliciosa trifulca en el hemiciclo del 28 le sucede el animado almuerzo en el Jockey Club, el 29.

El fondo de la crisis tiene que ver con la gente y es todavía más grave. De eso no solemos hablar. Asistimos al descalabro de un Estado que ya adolecía de problemas serios. La paralización de sectores de la gestión pública, la viveza expuesta sin pudor, la incompetencia han llegado a niveles inverosímiles. Esto se traduce en centros de salud desabastecidos de medicamentos básicos, largas colas por conseguir el DNI, el brevete o el pasaporte, el encarecimiento de los alimentos, etc., que vuelven más precaria la vida de miles de peruanos.

Dos licitaciones para importar la urea frustradas por incompetencia e indicios de corrupción dan cuenta del grado de deterioro de la alta dirección del Midagri. Así las cosas, el fertilizante no llegaría al Perú sino en agosto o en setiembre. Demasiado tarde para miles de campesinos.

En educación, luego del robo de la prueba docente que decidió la caída del ministro Gallardo en 2021, ingresamos al limbo. No se rindió la prueba y ahora el presidente Castillo habla de “otra” modalidad acorde a la “realidad” donde se tome en cuenta la antigüedad del docente. Y promete nombrar a más de 80.000, ¿cómo así? En los hechos, un festín de favores y el final de la carrera pública magisterial.

En fin, se puede hacer el recuento del descabezamiento de los sectores: el MTC con la llegada de Silva, que ingresó empujando a funcionarios que como María Jara hacen una buena labor en la ATU, y sabemos por qué; en el Midagri con Arce se termina de purgar el sector; en el Minsa, la salida fue estampida con la llegada del ministro “Agüita” Condori y un largo etc.

Podemos seguir en este estado de muerte lenta, pero no sabemos por cuánto tiempo más. La gente vive concentrada en lo suyo, la subsistencia, sin un ápice de interés por los discursos políticos. Pero debajo de esa aparente calma chicha se van embalsando los disgustos y el hartazgo ciudadanos, gota a gota, y puede desbordarse con un incidente menor. Un próximo desabastecimiento de alimentos o una subida de los pasajes tal vez se viva como un abuso intolerable y devenga en agravio desencadenante que empuje a la gente a las calles. Y se rompa la pita.