Ministros para solo sobrevivir
Claves para entender relevos del domingo en el gabinete.
Cuatro cambios de ministros el domingo, y el anuncio de que vienen más –”en los próximos días vamos a seguir haciéndola”–, confirman que el presidente Pedro Castillo no entiende nada de gestión pública en el gobierno.
Los cambios ofrecen al Congreso los ministros del Interior y Energía/Minas para salvar al premier y a la de Trabajo.
El del Interior no tenía bancada, así que fue carne de cañón, mientras Carlos Palacios era una piedra en el zapato para resolver la crisis de Las Bambas, la cual genera el encono de los comuneros y zonas aledañas, trabajadores mineros, del MEF y la inversión china.
En el conflicto fue evidente que Palacios era el ministro de Vladimir Cerrón para petardear cualquier solución, con el fin de ahuyentar la inversión minera y así poder estatizar el sector, como se consigna en su ideario.
En reemplazo de Palacios va Alessandra Herrera, quien estuvo en el Minem en los 5 días del gabinete Valer, que fue auspiciado por Guillermo Bermejo, lo cual ha incomodado mucho a Cerrón, pero no tanto como para patear el tablero, pues aún le quedan 5 ministros además del premier Aníbal Torres, a quien ya le habían buscado reemplazo, aunque él pidió un tiempo más por su ofrecimiento al patrón de Perú Libre de que mantendrá viva la lucha por la asamblea constituyente.
Betssy Chávez, como aliada de Bermejo, sigue bien atornillada al Mintra, a tal punto que ella hizo el anuncio de los cambios del domingo, aunque bien haría el Congreso en censurarla, pues su gestión es una trituradora de empleos.
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A su vez, los cambios en el MTC y Agricultura –en medio de una catástrofe alimentaria mundial– reiteran lo mal que Castillo elige ministros, y que lo único que ha aprendido en diez meses de (des)gobierno es botar y nombrar ministros con el único afán de sobrevivir de manera errática, tambaleando, como presidente de la República, mientras el país se cae a pedazos, haciendo recordar ya el tremendo desmadre ocurrido en el Perú en el primer gobierno aprista, entre 1985 y 1990.
Pareciera que Cerrón ha perdido espacio en Palacio de Gobierno, pero, como ha sucedido tantas veces antes, en breve volverá a hacer evidente su retorno gracias a su dominio mental del pusilánime ‘presidente’ Pedro Castillo.
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