De Pedro Castillo, su gran patrón
Influencia negativa de Cerrón en el gobierno y en el país.
La consolidación de la relación entre Vladimir Cerrón y el presidente Pedro Castillo es una mala noticia para el Perú.
Es una relación de dominio en la que Cerrón asume que él corta el jamón y Castillo acata, algo que no encaja con la constitución, aunque el ‘presidente’ ayuda cumpliendo la formalidad del puesto pero sin decidir nada.
Tras un alejamiento, Cerrón reconstituyó su control sobre Castillo con un mensaje simple: tengo los votos para evitar tu vacancia y que no vayas preso.
Esta relación se nutre de la habilidad politiquera de Cerrón y la debilidad intelectual de Castillo, cuya escasez de ideas y de carácter lo lleva a refugiarse en quien actúa como su patrón, a tal punto de rechazar planes valiosos para salvar a ‘su’ gobierno, como los recientes del cardenal Pedro Barreto y Max Hernández por el Acuerdo Nacional.
Esa fue una gran victoria de Cerrón, que contó con la complicidad de Aníbal Torres –otrora enemigo, hoy su aliado–, a quien puso de ‘premier’ de un gabinete donde él tiene seis ministerios –incluyendo MEM y Minsa–, además del control de la PCM gracias a que el expremier Guido Bellido aún controla sus direcciones principales, mientras él goza insultando a medio mundo.
A Cerrón lo ayuda la protección de algunos intelectuales de izquierda, como Sinesio López, quien dice que los analistas liberales y la DBA quieren “asesinarlo moralmente” y exageran su papel para opacar a Castillo, romper esa relación y capturar el gobierno.
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Gracias a todo ello, y tras el desaire a Barreto y Hernández, Cerrón aceleró el aislamiento de Castillo mediante el proyecto para la asamblea constituyente; enviar al ministro Carlos Palacios a reinstalar la corrupción y el estatismo en Petroperú; amenazar al jefe de la Dircote para que no lo investiguen; allanar el espacio para el narcotráfico en el Vraem; y amenazar a la prensa.
Como a este columnista, con mentiras sobre una supuesta membresía a la consultora Videnza, a la que también acusa con falsedades, solo para defender a su exministro ‘Agüita’ Condori.
No se detendrá este megalómano y bocón con aires de matón, que se llena la boca creyéndose el Fidel Castro del ande, cuando solo es Vladimir Cerrón, un condenado por corrupción, pero del presidente Castillo, su gran patrón.
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