¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Entre el silencio y la vaguedad

“Cuando más se requiere la presencia de un líder decidido y firme, más tiempo sufren los pescadores, la fauna y la flora. Ulises, Penélope, Atenea, ¡ayuda!”.

Pareciera que alguien le ha sugerido al presidente Castillo que salga de su obstinado silencio ante la prensa. La forma en que decidió romper con esa estrategia era prometedora: dar una entrevista a César Hildebrandt, acaso el periodista más incisivo, informado e inteligente de nuestro medio. No obstante, ni el propio CH logró sacar al mandatario de su amurallado refugio:

¿Cuál ha sido el peor momento de su gestión?

Me preocupa la inestabilidad política. Hay personas dedicadas a crear esa inestabilidad.

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Como esta, hay una larga serie de respuestas evasivas, en donde la autocrítica brilla por su ausencia, ante preguntas puntuales. Por lo menos el silencio dejaba algún resquicio de duda; la entrevista lo despeja. Pedro Castillo se ha visto encumbrado para el cargo más complejo del Estado peruano y manifiesta, con desconcertante candor, que está aprendiendo. Lo cual es profundamente desalentador.

Más aún cuando la oposición de derecha —y cada vez más de izquierda— se muestra incapaz de proponer una alternativa de liderazgo político. En lo único que parecen pensar es en la vacancia del jefe del Estado. ¿Y después qué? Puro pensamiento mágico: vacamos a Castillo y las cosas se arreglan solas porque el status quo retorna. Listo el pollo. Una vez más, los ciudadanos estamos entre el monstruo y el remolino: Escila y Caribdis. Cito esto no solo por el cliché. Acabo de releer la Odisea, en una deliciosa edición de Blackie Books (Clásicos liberados), en donde hay un colofón de Margaret Atwood con la versión de Penélope. Aparte de textos de Nick Cave, Augusto Monterroso, Javier Krahe y Dorothy Parker. Un tesoro que viene especialmente bien en tiempos oscuros como estos.

Oscuros como el derrame de petróleo en las costas de Ventanilla, cortesía de Repsol. Cuando más se requiere la presencia de un líder decidido y firme, más tiempo sufren los pescadores, la fauna y la flora. Ulises, Penélope, Atenea, ¡ayuda!

Ojalá Castillo haya comprendido, ante la imposibilidad de responder a los agudos cuestionamientos de Hildebrandt, que si no emprende con urgencia cambios significativos en su estilo de no-gobierno, sus cada día más numerosos enemigos políticos lo van a desembarcar: la debilidad alienta a los depredadores. Echando por tierra la democracia y arrojándonos a los peruanos a un destino tan incierto como el de esos pingüinos varados en una isla rodeada de una marea de petróleo.