¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Carta de Adolfo Córdova F.

“Nuevas condiciones físicas obligarán al diseño de procedimientos nuevos, así como a los necesarios reajustes de personal que afectarán también a la economía”.

Estimado Mirko:

En su primer mensaje como presidente, Pedro Castillo anunció que no iba a gobernar desde la Casa de Pizarro, o sea desde el Palacio de Gobierno. Este se entendió como un símbolo primero, así como un local suntuoso para trabajar y vivir. Me permito sugerir que revise ese anuncio y revierta su decisión, por razones históricas, económicas y administrativas.

Razones históricas. El lugar donde hoy está el actual Palacio de Gobierno es el mismo que, antes de la llegada de los españoles, ocupaba el local desde el que gobernaba el valle del Rímac el Curaca inca Taulichusco. Sede y gobierno que Pizarro usurpó.

Durante el gobierno municipal de Alfonso Barrantes se rindió homenaje al viejo Curaca, erigiéndose el monumento lítico situado en el Pasaje de ese portal. Y luego, en el de Castañeda –a pedido del arquitecto Santiago Agurto, rector de la UNI– se retiró el monumento a Pizarro de la plazoleta lateral al Palacio, para trasladarlo al Parque de la Muralla. Si de símbolos se trata sería mejor hablar de rescatar la Casa de Taulichusco. Y gobernar desde ella.

Razones económicas. La adecuación del local actual a las complejas necesidades de gobierno ha exigido inversiones importantes a través de mucho tiempo. Adecuaciones que no solo son de edificación y distribución de ambientes, patios y estacionamientos, para los diversos tipos de trabajo, reuniones, ceremonias y vivienda presidencial, sino de instalaciones de seguridad, comunicación, equipamiento, mobiliario, etc. que sería un desperdicio abandonar.

Razones administrativas. Nuevas condiciones físicas obligarán al diseño de procedimientos nuevos, así como a los necesarios reajustes de personal que afectarán también a la economía.

Algunas conclusiones. Evitemos llamar a la sede presidencial Palacio de Gobierno y Casa de Pizarro; usemos de preferencia la denominación de Casa de Gobierno o Casa de Taulichusco. Conservemos las ventajas de seguridad y cercanía para el presidente, de vivir en la misma sede con su familia, que hoy solo exigiría reajustes menores para obtener las características requeridas por el género y gustos deseados, que significarían, en otro lugar, riesgos e incomodidades inconvenientes.

Las discrepancias políticas surgidas después exigen consensos conversados democráticamente y no gritos desaforados en la calle, promovidos principalmente por elementos apro-fujimoristas y de la derecha tradicional centralista, que no terminan de aceptar su derrota en las urnas, incitando a la violencia.

Adolfo