¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Tempranos acomodos y desacomodos

“El principal problema de Cerrón no parece ser Castillo mismo, sino la dupla Verónika Mendoza-Juntos por el Perú, cuya oferta de aportar personal tecnocrático solvente y suficiente al nuevo gobierno viene pesando cada día más”.

Mientras en la derecha escalan los esfuerzos por tumbarse la elección, en la izquierda avanzan las pugnas de los diversos grupos por ubicarse en un próximo gobierno de Pedro Castillo. La necesidad de mantener un frente unido mientras el impase electoral se resuelve viene calmando las aguas en torno al candidato. Pero eso no va a durar para siempre.

Uno de los temas en este forcejeo es qué papel tendrán o no tendrán Vladimir Cerrón y su gente en un Ejecutivo de Castillo. La versión estándar, promovida por Castillo, es que no tendrán ninguno. Sin embargo, Cerrón tiene suficientes seguidores en el Congreso como para influir en las decisiones de Palacio, e impedir una ruptura si fuera el caso.

El principal problema de Cerrón no parece ser Castillo mismo, sino la dupla Verónika Mendoza-Juntos por el Perú, cuya oferta de aportar personal tecnocrático solvente y suficiente al nuevo gobierno viene pesando cada día más. Además este sector tiene una capacidad de movilización de la que Cerrón (cuyo partido perdió en Junín) carece.

En torno de estos dos polos de poder hay un archipiélago de muchas otras organizaciones de izquierda. Políticas, con o sin presencia parlamentaria, pero también sindicales, temáticas, o religiosas. Todas deben estar considerando ofrecer, más temprano que tarde, sus recursos para una eventual gestión de Castillo.

Una áspera reprimenda de Cerrón al Partido Morado da a entender que también desde el centro hay expectativas de participar en el nuevo gobierno. Que Julio Guzmán se lo haya pedido al radical Cerrón parece un gesto más bien contraintuitivo.

Es evidente que la nueva presidencia no podrá satisfacer a todos los que votaron por él, o a todos los que han pensado parecido a él en su fase de candidato. Una moderación significativa, que ya la estamos viendo en el terreno de las declaraciones sobre economía, generaría una oposición de izquierda, que bien podría incluir a Cerrón.

Una suerte de subcapítulo que podría cobrar importancia dentro de poco tiempo es la pugna regionalista entre cajamarquinos y juninenses (¿junienses? ¿juninos?) en las estructuras de poder administrativo en formación. Como vimos en el gobierno de Martín Vizcarra, las lealtades frente al terruño pueden ser inevitables.

La República

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