Evo y Pedro, ¿de la mano?
“Morales no llega a ser una figura tóxica, como Nicolás Maduro o Daniel Ortega. Al lado de esos dos sátrapas, la imagen del boliviano es casi tranquilizadora para quienes se preparan para recibir lo peor desde la izquierda”.
El apoyo de Evo Morales a Pedro Castillo abre el espacio internacional de esta campaña. Aunque dice apoyar porque el programa de Perú libre y lo que él hizo en su presidencia son similares, el tuit de respaldo recién llegó tras la encuesta de este domingo, cuando Castillo empezó a parecer una opción más o menos segura en la segunda vuelta.
Además circula una foto más o menos antigua de los dos políticos juntos y sonrientes. Morales siempre ha sido un acucioso seguidor de la política peruana. También para los demás gobernantes y aspirantes de izquierda en la región Castillo es una muy buena noticia, y seguramente varios más se van a pronunciar a su favor en los tiempos que vienen.
Pero quizás no son tan similares Evo y Pedro. Un muy buen artículo de Roger Merino en la página noticiasser.pe hace notar varias diferencias importantes. Allí se hace hincapié en la poca atención que el programa de Castillo presta a temas como el indígena o el ambiental, o su inclinación hacia estilos campesinistas y sindicalistas clásico de izquierda.
¿Le sirve este tipo de apoyo a Castillo? Quizás sí entre los convencidos de la izquierda, o entre los que van camino de convencerse. Pero esta segunda vuelta no parece una elección ideológica, y mucho menos geopolítica, sino una (aunque la palabra suene extraña y fuera de lugar) sentimental: son las imágenes personales las que llevan la voz cantante.
De otra parte Morales no llega a ser una figura tóxica, como Nicolás Maduro o Daniel Ortega. Al lado de esos dos sátrapas, la imagen del boliviano es casi tranquilizadora para quienes se preparan para recibir lo peor desde la izquierda. Por lo pronto puede decirse que el avance económico en sus 13 años de gobierno no fue desdeñable.
Dicho de otra manera, hay ejemplos mucho peores que Morales para una gestión de Castillo. Ciertamente Keiko Fujimori hubiera preferido el endoso de Maduro que el de Morales, aunque igual este no le ha gustado. Para nuestra derecha el izquierdismo inaceptable puede comenzar en los planteamientos sociales más moderados.
Castillo ha declarado que además del tuit boliviano ha recibido cartas de saludo de otros países, pero todavía mantiene las cartas pegadas al pecho.
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