¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

UCI: el purgatorio en vida

“Accedes a una cama UCI. Ya estás en ese ambiente de moribundos, un auténtico purgatorio, así son las áreas de cuidados intensivos para pacientes covid: un intersticio entre vivir o morir”.

Cada segundo te cuesta más respirar. El oxígeno que te dan en el pasillo ya no te alcanza, te estás ahogando, te estás muriendo. Una computadora tiene tus datos de salud: edad, enfermedades preexistentes, etc. Un doctor analizará esos datos para compararlos con otros datos de otros moribundos. Ese doctor tiene en sus manos decidir quién tendrá acceso al bien más preciado en esta pandemia, antes de que lleguen las vacunas: una cama UCI. El doctor analiza, con su criterio y conocimientos, quién tiene más posibilidades de sobrevivir. Hay información objetiva que les permite a los médicos asumir esa responsabilidad, la responsabilidad de darle vida a uno mientras que, al mismo tiempo, quitársela a otro. Pasa en el Perú, pasa en todo el mundo, pero más en el tercer mundo. La demanda de camas UCI es monstruosa, como una muerte por asfixia. La oferta queda corta, muy corta. No alcanza para todos, con esa realidad temible seguimos viviendo esta lotería letal sin un patrón claramente definido, porque hasta jóvenes briosos y sin preexistencias conocidas han fallecido de covid. Entonces te toca, te contagias, te enfermas, caes. Ingresas al mundo de los enfermos, en donde tu plata y tus contactos, ni el sector privado, tal como van las cosas, te darán un atajo para acceder a una. La muerte, al menos, es democrática. ¿Y si me compro una cama UCI para mi casa y contrato a un par de doctores? Se pregunta un millonario. Qué importa, tengo que salir a trabajar, piensa un pobre que vive del “día a día”, si me toca, me toca. El hambre acecha. Las muertes son números, tu vida, tus recuerdos, tus pequeños logros, tus tantos fracasos amenazan con diluirse en la estadística. Solo quedarán tus fotos. Accedes a una cama UCI. Ya estás en ese ambiente de moribundos, un auténtico purgatorio, así son las áreas de cuidados intensivos para pacientes covid: un intersticio entre vivir o morir. Te despides, por si acaso te mueras, del familiar que llegó contigo, mandas saludos con el poco aire que te queda. Te sigues ahogando, te acuestan y te revientan las venas con propofol, para doparte y puedas resistir la invasión de tubos que te espera. Te hacen un orificio en la tráquea, te conectan a un respirador artificial y a un monitor de los que depende tu vida. Te quedan dos opciones: o te mueres durmiendo o te despiertas después de un mes, absolutamente confundido por la vida y por la muerte. La hiciste. Puede que alguno de los tuyos, a diferencia tuya, sí haya muerto, pero recién te enterarás cuando te den de alta.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.