¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Victoria para el Bicentenario: Constitución anticorrupción

Nuestros políticos de toda la vida se sienten cómodos con este modelo perverso donde todos obtienen ventajas, menos el pueblo que ve postergado su desarrollo.

George Forsyth, precandidato presidencial de Victoria Nacional

En las últimas semanas, trágicas semanas, históricas semanas, se levantaron con potencia joven las voces de la nueva política. Las banderas fueron muchas, todas pertinentes, justas y urgentes. Pero un tema surgió como unificador del clamor de esta generación en la que no estamos dispuestos a repetir la historia que nos cuentan década tras década sin cambiar en su esencia.

La Constitución

Cambiarla, modificarla, rejuvenecerla, aggiornarla, refrescarla, corregirla, etc., da lo mismo en realidad, sabemos que allí está la batalla que tenemos que dar para construir un mejor vivir para todos, desde hoy.

La corrupción

El gran flagelo de la justicia social en el Perú, el gran culpable de la desigualdad y la falta de oportunidades que solo en el último año reportado por la Contraloría, 2019, significó 23 mil millones de soles en los bolsillos de las mafias de los políticos de siempre en vez de servir al pueblo con hospitales, escuelas, puentes y carreteras, Internet para todos, servicios ciudadanos dignos, agricultura moderna y mil etcéteras.

Parecería que nuestros políticos de toda la vida se sienten cómodos con este modelo perverso donde todos obtienen ventajas, menos el pueblo que ve postergado su desarrollo año tras año. Pues eso tiene que terminar y hay un camino.

La Constitución anticorrupción

Planteamos un nuevo pacto anticorrupción en el que el marco constitucional sea el que determine el diseño de las políticas de Estado para frenar este flagelo. ¿Cómo hacerlo?

Una propuesta concreta

Declarar la corrupción como un delito de lesa humanidad. Es decir, los delitos de corrupción no prescribirán en el tiempo, no tendrán el beneficio de cosa juzgada y no podrán beneficiarse del indulto y la amnistía. Con eso evitaremos que corruptos y corruptores se rían del castigo haciendo de la corrupción el gran negocio donde el costo por robar es mínimo.

No tengo la menor duda de que la corrupción necesita ser enfrentada desde la Constitución con armas legales que nos permitan escribir una nueva historia desde la modernidad, desde la visión de quienes estamos poniéndonos con energía vital al frente de nuestros semejantes y no desde los intereses oscuros de quienes ya están de salida y quieren irse con los bolsillos llenos y el alma vacía. Vamos juntos por un capítulo anticorrupción en la Constitución. La calle lo reclama.

Yo me comprometo.

La República

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