¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

¿Cuánta verdad debe ser contada?

Dónde poner la raya: interés público y los hechos privados.

Qué debe ser público y qué permanecer en la intimidad es un asunto complejo que tiene que ver con la pregunta de cuánta verdad puede o debe ser revelada.

El periodismo, por ejemplo, constituye un compromiso permanente de búsqueda de la verdad –por más complicado que esto pueda ser–, aunque no todas las verdades deban ser publicadas, como aquellas sobre la privacidad de la gente, con la excepción de los asuntos con un real interés público.

Las personas públicas, sin embargo, están más expuestas que cualquiera, como los políticos a quienes los ciudadanos otorgan el derecho a tomar decisiones que afectan a sus vidas.

No obstante, incluso en la política, hay espacios y situaciones que requieren privacidad precisamente para hacer viable el proceso inherente a esta actividad. Es el caso de la filtración del audio del debate en el comité político del PPC, el domingo pasado, en el que se decidió la alianza electoral con APP.

No hay ninguna duda de la legitimidad de la decisión periodística de publicar esa conversación, pues es un asunto de interés público, pero no debiera haber duda de que una expresión de la degradación que vive la política peruana son los émulos de Vladimiro Montesinos que viven grabando conversaciones que deben ser privadas para luego revelarlas en función de su conveniencia. ¿Qué puede ser más privado que el debate de estrategia política en el comité político de un partido?

Incluso, que una de las partes grabe a otra sabiendo que luego lo revelará, jalándole la lengua para hacerlo caer. Por ejemplo, las grabaciones de Karem Roca en el círculo presidencial, o las prácticas del excontralor y jefe de fiscalización del congreso, Edgar Alarcón.

Distinto es el caso de autoridades que deciden mantener reservado un acto que debiera ser abierto por su evidente interés público. Y, en ese sentido, por ejemplo, se debe lamentar que cuatro magistrados –Manuel Miranda, Ernesto Blume, Augusto Ferrero y José Luis Sardón– hayan votado para impedir que sea público el debate en el TC sobre el reconocimiento del matrimonio de Oscar Ugarteche. ¿Tanto les incomoda que se conozca lo que piensan del tema, para que les dé tanto roche y lo hagan de manera secreta?

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