¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Al fin de esta batalla

“No es izquierda versus derecha. Del lado de la postergación y contra este nuevo abuso han estado personalidades tan diversas como Julio María Sanguinetti...”.

A nuestro país las calamidades no le vienen solas. El último escándalo y el pedido de vacancia presidencial han sido urdidos con el fin de que, como en El Gatorpardo de Lampedusa, todo cambie para que todo siga igual. No es la única vergüenza de estos días.

Entre hoy, sábado 12, y mañana, domingo 13, debe quedar elegido como Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Mauricio Claver-Carone.

Es posible, ojalá, que el Perú vote en abstención. Sin embargo, todo el mundo sabe que si hubiera actuado, a tiempo, las cosas podrían haber sido distintas. Pretender que no había nada que hacer no sirve ni como cuento de hadas para niños de teta.

El Presidente Vizcarra no puede estar orgulloso de esta deserción. Ninguna secreta llamada telefónica internacional justifica el estropicio.

Este comportamiento hace recordar una décima que escribió, hace muchos años, un joven diplomático peruano acreditado ante las Naciones Unidas:

Comienza la Comisión

Y adivinen qué, señores,

No mandan mis superiores

La más mínima instrucción.

La diosa Improvisación,

Única luz que nos guía,

Me dice que en este día

Para salir del apuro

No hay camino más seguro

Que estar con la mayoría.

Estar con la mayoría en vez de sostener una trayectoria de genuina autonomía. ¿Qué hubieran dicho, si vivieran, Raúl Porras Barrenechea o Carlos García Bedoya?

Pasando a cosas más serias: Mañana, cuando se analicen los resultados de la votación, es posible que los votos a favor de Claver-Carone alcancen apenas la mitad del poder de voto de América Latina y el Caribe, y que la otra mitad corresponda a abstenciones. La fractura de esta imposición ha dado un golpe aún más contundente a las relaciones interamericanas. Logrado con la complicidad de una América Latina que nunca estuvo tan inconsciente de sí misma.

Pero se ha perdido una batalla, no la guerra. Los pronunciamientos de personalidades de todos los países de América Latina, apoyados por demócratas y republicanos de los EE. UU. y por líderes europeos y mundiales, anuncian que se ha puesto en marcha una comunidad política, social y cultural que puede actuar en conjunto y con independencia de los gobiernos. Es un movimiento latinoamericano en gestación.

No es izquierda versus derecha. Del lado de la postergación y contra este nuevo abuso han estado personalidades tan diversas como Julio María Sanguinetti, del Uruguay; Juan Manuel Santos, de Colombia; Sebastián Piñera, de Chile; Carlos Mesa, de Bolivia; Oswaldo Hurtado, del Ecuador. Nadie de los gobiernos de Cuba, Nicaragua o Venezuela. ¿La izquierda? Hay que ser muy torpe, ciego o cínico, para sostener que ésta es la izquierda o el Grupo de Puebla.

La elección habrá sido legal, pero su legitimidad muy precaria. Por otro lado, hay que detener la arremetida contra la Comisión de Derechos Humanos por parte del Secretario General de la OEA. Y, sobre todo, hay que evitar que se nos precipite en esta pugna entre grandes potencias que en nada nos beneficia.

Y, en el Perú, hay que lograr que las elecciones del Bicentenario sirvan para rescatar el genuino significado de la palabra Independencia: no más la retórica vacía que la pregona, en voz alta y solemne, mientras que por lo bajo alienta y recrea, en los silencios y en los hechos, la más rastrera dependencia.

Rafael Roncagliolo

Cara al futuro

Rafael Roncagliolo. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.


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