“Acuerdo básico con el mundo empresarial”.
Sin caer en encasillamientos ideológicos e innecesarios, es momento de exigir con fundamentos, al intocable mundo empresarial corporativo peruano dedicado a los servicios, algunos cambios urgentes. Es decir, es un hecho que existe una serie de injusticias acumuladas que los clientes venimos padeciendo, durante años, a causa de la angurria sin regular. Sí, empresarios tiburones que tienen derecho a hacerse inmensamente ricos con nuestro capital, pero no de la manera en que lo hacen hoy: abusando impunemente de nuestro tiempo y dinero, tanto en el rubro de la banca, de las telecomunicaciones y las tiendas por departamento, etc.
Ejemplos de lo que se tiene que cambiar, sin mayores “revoluciones”, abundan: Múltiples ventanillas para cobrar y una sola ventanilla para reclamar. Múltiples llamadas a toda hora para que te afilies a algo y una máquina contestadora con voz de robot hasta el infinito para que reclames algún incumplimiento. ¿Por qué? La afiliación a una tarjeta de crédito o algún producto puede ser grabada y ejecutada en minutos. La desafiliación, sin embargo, te obligan a hacerla de manera “presencial”, te la complican sin que Indecopi se despeine. ¿Por qué? En suma: lo ancho para los empresarios depredadores y lo angosto para sus clientes.
Así es el negocio: cobra rápido, pero demórate todo lo que puedas en devolver el dinero o cambiarles un producto a tus clientes. Abusa. Terceriza todo: la entrega y la cobranza. Demórate hasta 90 días en pagarles a tus proveedores, juega con su dinero. Abusa. No tiene que ser así. “Acuerdo básico”, como se dice ahora, tras el mensaje de 28.
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