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Cuarta elección

España otra vez a las urnas.

Editorial
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El 10 de noviembre, los españoles acudirán a las urnas por cuarta vez en cuatro años con el propósito de darse un gobierno estable y restituir ciertos consensos extraviados los últimos años, sobre todo a raíz de la reciente crisis económica (2008-2014) y el estallido de la corrupción.

El país no ha podido dotarse de una mayoría política sólida en una etapa en la que, destruido el bipartidismo que componían el Partido Popular (PP) de derecha y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de izquierda, emergieron otras fuerzas políticas como Podemos de izquierda; Ciudadanos, inicialmente liberal pero trasladado a la derecha; y recientemente Vox, el grupo ultraderechista xenófobo y ultranacionalista.

Las elecciones de diciembre del 2015 no le permitieron a Mariano Rajoy del PP formar gobierno, pero sí logró la investidura luego de las elecciones de junio del 2016. No obstante, en junio del 2018 fue destituido por una moción de censura luego de que la justicia condenara a su partido por corrupción. Lo sustituyó Pedro Sánchez del PSOE, quien debió convocar elecciones para el 28 de abril de este año, pero ante la imposibilidad de formar gobierno por la falta de acuerdo con el resto de la izquierda, los ciudadanos acudirán este domingo otra vez a la urnas.

En los últimos meses se registraron algunos fenómenos que inciden en los sondeos de opinión. Las relaciones entre los grupos de izquierda se tornaron ásperas al punto de consumir gran parte del período preelectoral. Los datos también indican la caída del empleo y la aparición de síntomas de desaceleración de la economía. Por si fuera poco, el país ha vivido la conmoción de un nuevo desafío de separatismo catalán que ha pasado a la acción, con ataques a la fuerza pública y el corte de vías.

Las encuestas indican el aumento de la intención de Vox y la caída de Ciudadanos, aunque las fuerzas de derecha, en conjunto, han mejorado sus posibilidades. El PSOE se ha trasladado al centro agitando el riesgo de un gobierno PP-Vox-Ciudadanos, aunque el principal riesgo es la desmovilización del electorado progresista que probablemente acuda en menor cantidad a las urnas.

El resultado más probable es que las cifras del 10 de noviembre no le permitan a ningún bloque formar gobierno y se repita el bloqueo de los últimos seis meses. Este será un resultado desgastante para los partidos, sobre todo para el PSOE que está en el gobierno; un preludio de una salida a través del fortalecimiento de algunas de las opciones ubicadas en los extremos del sistema político español.