Galileo D'Agostini. Magistrado de Italia. Encabeza la lucha frontal contra la corrupción y la mafia en su país. Exponente en el Seminario Internacional Corrupción y Estado de Derecho.,Su breve estancia en Lima tuvo como propósito compartir su experiencia sobre la lucha contra la corrupción, que en su país se vio representada en el caso 'Mani Pulite' (Manos Limpias). El magistrado italiano Galileo D'Agostini conversó con este diario sobre la sofisticación de la corrupción y las medidas preventivas que podrían combatirlo. El caso 'Mani Pulite' ha sido el referente para dirigir la investigación del caso Lava Jato, lo ha dicho el juez brasileño Sérgio Moro. ¿Cómo se llevo a cabo esta investigación en Italia? Hay bastantes similitudes entre ambos casos. Primero, se respiraba esa percepción de que había corrupción, pero nunca se había tenido la prueba de una situación tan extensa. Habían casos, pero individuales. Lo que cambió en 'Mani Pulite' fue que un funcionario del partido de gobierno empezó a decir todo lo que pasaba. Empezó a involucrar a personas de altos cargos. Lo que se vio es que había un sistema de financiación ilícita de los partidos políticos, casos de corrupción, la cual denomino una corrupción ambiental. PUEDES VER: Graña y Montero: Directivos fueron citados por la Comisión Lava Jato para el miércoles ¿Por qué ambiental? Porque era un ambiente donde se sabía que no se podía conseguir algo sin pagar. Tampoco te tenían que preguntar, tú ya sabías que para llegar a un punto debías pagar, entonces ese era el sistema. Un sistema bastante extenso y una ola de indignación popular que también veo esta ocurriendo en varios países. En ese entonces, la gente fue a la calle, los magistrados fueron héroes. Se recurrieron a medidas preventivas como esta ocurriendo en el caso Lava Jato. Una de esas medidas podría ser la prisión preventiva. ¿De qué manera contribuyó al caso 'Mani Pulite'? En este caso se recurrió mucho a la prisión preventiva, lo que hizo que personas que no estaban acostumbradas a estar en la cárcel, confesaran. Era una situación de construcción muy fuerte y hubo muchas quejas de los abogados. ¿Cómo utilizar esta figura sin vulnerar la presunción de inocencia? La prisión preventiva en Italia, y creo en otros países, tiene una serie de razones que son: la prueba, el riesgo de fuga y reiteración. Esta se refiere a que se sigan cometiendo los delitos de la misma especie. Hay mucha polémica porque hay varios que son absueltos y tienen un derecho a una indemnización, pero nadie te va realmente a indemnizar lo que has pasado en la cárcel. Sin embargo, su utilización es clave en este tipo de casos. Con respecto a las colaboraciones eficaces, ¿cuál fue su importancia? Fueron fundamentales. Mucha gente confesó, y es un sistema que nos permite pactar la pena entre el fiscal y la defensa del acusado, la ventaja es la reducción de la pena. La gente que confesaba y obtenía este beneficio le permitía no estar en la cárcel o un periodo muy reducido. ¿Cuáles son los obstáculos a los que se enfrentan cuando investigan un caso de corrupción? En el caso de Italia es la prescripción, es decir, que los delitos prescriben a pesar de que se está investigando y eso hace que fuera como una carrera. Tenemos como el 20% de los casos que se prescriben. ¿Cuál es el tiempo límite? En el caso de corrupción, antes eran diez años, ahora hemos logrado duplicar este tiempo. Pero en el caso de la estafa, es una cosa seria. Siempre es muy difícil de investigar, hay muchas pruebas, los procesos son largos y al final en el juicio nunca se llega a condenar a un estafador. Una de las consecuencias del caso de Italia fue que se trajo abajo a una clase política acusada de corrupción. Sí, y teníamos mucha expectativa con respecto a eso. Nos decíamos: se ha quitado una clase política que no ha cumplido su responsabilidad y que es corrupta, pero ahora el punto es quién la va a sustituir. Los magistrados no pueden ser porque tienen una tarea que es en el ámbito penal y no pueden proponer una nueva clase política. El espacio quedó vacío. Entonces, ¿quién sí podía? Quienes lo llenaron fueron políticos que tuvieron la suerte de no ser pillados por esas investigaciones o porque efectivamente no tenían ninguna responsabilidad. Fue el caso de Silvio Berlusconi, quien asumió como Presidente del Consejo de Ministros de Italia. Berlusconi se presentó como un empresario de muchísimo éxito y con mucho dinero. El momento político de ese entonces era que los funcionarios robaban para ser ricos y este hombre era perfecto porque ya tiene demasiado. Berlusconi no es un hombre corrupto, pero quería poder para favorecerse de otra manera. ¿De qué forma? Berlusconi era un empresario con muchas ramificaciones y todo lo que utilizó fue para sacar leyes a favor de sus empresas. No era un caso de corrupción clásica. Se empezaron muchas investigaciones siempre en este sentido. Hoy pienso que la corrupción evidenciada en 'Mani Pulite' nos dejó a Silvio Berlusconi. Lo que dice hace presumir que acabar con la corrupción no se trata de solo cerrar un caso judicial. Italia está en una etapa de cambio, todavía no sabemos a dónde esta yendo, puede que haya elecciones en los próximos meses. Las leyes pueden ser buenas, se pueden perfeccionar, los delitos están penados. El problema no esta en descubrir el delito sino en qué debemos hacer luego. Se debe conseguir un cambio de mentalidad, el cual lo veo difícil. ¿Cree que se ha sofisticado el sistema para cometer este delito? Se ha afinado la forma y ahora la corrupción es más difícil de detectar. Hay formas distintas, no es fácil. Hay un caso en Italia, 'Mafia Capital' (investigación que descubrió la existencia de una red criminal en Roma que controlaba la gestión de las licitaciones públicas), donde había muchos funcionarios pagados, tenían un sueldo de su institución y otro por parte de la organización delictiva, entonces estaban a disposición. No necesariamente tenían que cometer delitos, pero si te necesito, te llamo. Es un sistema distinto, puede que le hayan pagado para nada, pero es un sistema de tener contactos, personas, ocupar espacios. Lo que hace más difícil detectar el delito. Claro, todo tiene un interés a que la cosa no salga. La mayoría de esos casos se detectan con intervenciones telefónicas y a veces por casualidad. Por ejemplo, estás en una investigación por drogas, estás interviniendo personas y te sale algo que tiene que ver con la administración pública. Así son estos casos.