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Economía

“La productividad aumenta cuando las personas laboran de forma remota”

Natalia Jiménez, líder de expansión de Deel en Latinoamérica, señala que en el trabajo remoto, se genera una dinámica de productividad, de mejoras económicas, entre otras y que el trabajo híbrido, entre remoto y presencial, podría generar mayores costos para las empresas. Nuestra entrevistada estuvo hoy en LR + Economía, el programa económico de La República. Deel es una empresa dedicada a apoyar a empresarios que quieren contratar talentos identificados en distintas partes del mundo.

Entrevista a Natalia Jiménez, en LR+ Economía. Foto: Captura.

Entrevista a Natalia Jiménez, en LR+ Economía. Foto: Captura.

La pandemia hizo que las empresas manden a sus trabajadores a sus casas, quienes desde allí han realizado el trabajo remoto, el teletrabajo. ¿Pero qué experiencia regional tenemos sobre este tipo de labor?

—El trabajo remoto venía existiendo desde antes de la pandemia; sin embargo, no era algo masivo. Muchas empresas que nunca se imaginaron que podían trabajar virtualmente al final lograron hacerlo. Hicimos un estudio recientemente que nos estaba empezando a mostrar que hay indicadores de productividad, de aumento de salario, de balance, vida personal con vida laboral, son indicadores positivos y muchas personas inclinadas a continuar con esta forma de trabajo, más que volver al 100% a la oficina.

En el Perú, de acuerdo a un Decreto Supremo 041 de la Presidencia del Consejo de Ministros, desde el primero de mayo ya rige el regreso al trabajo presencial en el sector público, siempre y cuando, los trabajadores deben tener las tres dosis de la vacuna contra la COVID-19. ¿Cuál es la experiencia en otros países del retorno, tanto en el sector público como también en el sector privado?

—Hemos visto la tendencia divida en dos: hay empresas que, definitivamente, se dieron cuenta que sus equipos ya no vivían en las ciudades donde estaban, que lograron mejorar la productividad, que lograron expandir mercado, y han decidido tomar la tendencia de lo que se llama ser ‘primero remotos’ o remote first. Y está forma de trabajar lo que dice es: no significa que no nos veamos, no significa que no compartamos de vez en cuando, pero cada quien decide cómo, cuándo y dónde trabaja, donde le quede más cómodo. Entonces, eso es una primera tendencia y hay una segunda tendencia de personas que están regresando a la oficina.Efectivamente, esto pasa a nivel internacional. Hay algunas empresas, como recientemente anunció Airbnb, que dijo que se iba 100% remoto y lo que pasó es que casi se les cae la página web de la cantidad de visitas a la sección de ofertas laborales.Y hay otras empresas que sí dicen ‘vamos a retornar 100%’ y lo que está sucediendo, de manera general, es que las personas se están empezando a evaluar si eso es lo que quieren o de pronto es momento de buscar otra oportunidad laboral. Y ahí es donde estamos empezando a ver temas como la gran renuncia, temas como, que se refiere, básicamente, a muchas personas renunciando, porque la pandemia les hizo caer en cuenta que querían otras cosas en su vida; personas que quieren vivir en ciudades medianas o en ciudades pequeñas y dices tener que volver a un apartamento muy pequeño, al tráfico, prefiero buscar alguna otra oportunidad que tenga mayor flexibilidad y que me permita mayor flexibilidad’. Entonces, definitivamente estamos en un momento de cambio, donde vemos de todo y vamos a esperar un poco a ver qué está pasando y cómo evoluciona el tiempo, qué pasa con el talento y, sobre eso, qué decisiones finales toman las compañías.

Definitivamente, las personas han cambiado. La pandemia nos hizo ver la vida de diferente manera. Las personas queremos vivir más, queremos viajar, queremos estar con nuestras familias, queremos tener mascotas, queremos vivir justamente, la felicidad está en eso, en salud y en vivir. ¿Pero crees tú que el trabajo remoto es una tendencia que llegó para quedarse, no sólo en Perú, también en otros países de América Latina y el mundo?

—100%. Para nosotros el trabajo remoto lo que representa es que el mejor talento no está a la vuelta de la esquina, el mejor talento está en todas partes. Y si tú quieres tener la mejor compañía, vas a buscar al mejor talento. Y eso te va a implicar que, si sesgas la búsqueda de talento a tu zona, no lo vas a lograr tan fácil.Así que creemos que es una tendencia y que esto no va a parar. Ahora una cosa es trabajo en pandemia y otra cosa es trabajo remoto: en pandemia no podías hablar con nadie, no tenías oficinas, no tenías espacios de trabajo, no tenías coworkings, no podías estar cómodo en tu ambiente, porque tenías una situación en casa fuera de control. El trabajo remoto te genera control, pero tú eres el que tiene el mando. Hoy el talento es el que tiene la delantera. Antes las compañías eran las que decían ‘esto es lo que hay que hacer y punto’; hoy en día el talento es el que está diciendo ‘eso no es lo que yo quiero. Entonces no voy a estar ahí’. Y eso es lo que precisamente está cambiando las dinámicas. No significa que todas las compañías se van a volver remotas, ni que todas las compañías se van a volver presenciales. Estamos viendo una transformación donde hay compañías que se enfocan más en una modalidad o en otra. Lo que sí puede llegar a ser un riesgo es el modelo híbrido, donde hay normas. Entonces yo digo ‘somos híbridos, pero tienes que ir dos veces a la semana, los días que yo digo’. Entonces, al final lo que está generando es un montón de costos para la empresa, infraestructura, edificios, todo lo que implica tener una oficina, con baja ocupación, pero, además, la persona no tiene la flexibilidad decir ‘quiero vivir y quiero irme a trabajar a la montaña’ o ‘quiero irme a trabajar a la playa y compartir con mis hijos, que están en sus tres meses de vacaciones, pero voy a trabajar durante en el día y estoy con ellos en la tarde, porque tú igual estás poniendo unas limitaciones’. Así que estamos viendo una gran transformación, las empresas están aprendiendo, el talento también y probablemente vayamos a tener muchas nuevas metodologías de trabajo que antes no existían para muchas de las industrias que hoy las tienen.

Un aspecto importante en este tipo de labor de trabajo es precisamente la productividad. ¿Las personas somos más productivos o no somos productivos haciendo trabajo remoto? ¿Qué dice la encuesta que ustedes han realizado en Latinoamérica?

—Efectivamente hay un estudio que estuvimos haciendo, de hecho, a nivel global, que especifica que la productividad aumenta cuando las personas están trabajando de manera remota. Y creo que hay una gran manera sencilla de entenderlo: cuando tú estás en una oficina, ¿cuántas interrupciones tiene?, cuántos momentos de movimiento, de transporte, de salir a almorzar, de tener que hacer fila para el ascensor, fila para el baño, que interrumpen tu productividad. En casa, cuando las personas se adaptan a trabajar remoto y aprenden a poner límites, la productividad aumenta exponencialmente. Entonces, es uno de los primeros indicadores que vemos. Podemos compartir cifras, pero la mayoría de compañías, digamos, más de un 33% de compañías, dicen que les aumentó la productividad durante la pandemia, tanto en resultados operativos y en resultados financieros.

Natalia, pero, definitivamente, también el trabajo en casa, el trabajo remoto, ha significado en pandemia, para muchas familias, complicaciones porque tenían que compartir con la labor de enseñar a los hijos, obviamente, sacar a las mascotas, atender la situación de salud de la familia, entre otras cosas más que, de alguna manera, entre comillas, distrajeron, precisamente, la propia labor y la productividad de las personas. Pero, ¿cómo lidiar en estos tiempos, cuando de alguna manera, hay ciertos retrocesos, todavía no hay que confiarnos, hay cierto retroceso en la pandemia?

—Lo primero es entender que no estábamos preparados para la pandemia y trabajar remoto no es lo mismo que trabajar en la pandemia. Yo trabajo remoto muchos años y yo, en mi casa, hay unos límites, hay una claridad, cuándo pueden entrar, cuándo no pueden entrar; tenía apoyo o, para las personas que tienen hijos, las personas que tienen mascotas, las personas que tienen responsabilidades. Entonces, el primer gran diferencia es que trabajar remoto no significa trabajar en casa ni significa trabajar en pandemia. Hoy en día muchas personas trabajan en modo remoto, yo soy una de esas, donde muchas veces voy a coworkings, voy a cafés, y no significa que estoy en casa. Mi casa funciona normal. No es mi responsabilidad únicamente, es de todas las personas que viven en casa, pero ya está estructurada. Creo que estamos empezando a aprender hasta ahora: a trabajar bien, a separar la vida y el trabajo. Hoy en día este tema de 8 horas de dormir, 8 horas de trabajar, 8 horas de entretenimiento se ha vuelto más difuso porque, pues, yo puedo trabajar, de pronto me gusta ser nocturna o me gusta madrugar mucho y cambio estos horarios o tengo un almuerzo importante con una familia, cualquier cosa y decido trabajar más en la mañana y más en la tarde, y tomarme 3 horas de almuerzo. Así que estamos viendo bastante innovación en la forma de enlazar la vida y el trabajo, de que se combinen, y eso es parte del poder del talento hoy, es que el talento está diciendo ‘yo no quiero que el trabajo sea algo, que no sea una culpa, que sea un peso, que sea una penalidad. Yo quiero algo que me empodere, yo quiero algo con lo cual me conecte, con lo que siento que estoy cambiando el mundo. Y eso hace que las personas puedan también vincular su vida y su trabajo de una manera un poco más armónica, porque sienten que es más importante para ellos que simplemente ir a cumplir un horario. Y, cuando me decían, ‘ay, es que qué tal que mi gente esté viendo YouTube’, por ejemplo. Y yo les decía, pues igual en la oficina podían estar viendo YouTube. La diferencia es que tú creías que los estabas viendo y tenías control. Entonces todos estamos aprendiendo, hay muchísimo por cambiar aún. Y especialmente los que vivimos en ciudades grandes vemos los beneficios de tener una vida flexible, y que, si un día está haciendo un mal clima o no, pues yo puedo trabajar desde mi casa, ¿por qué voy a tener que ir a un lugar a ser exactamente lo mismo?

Los costos del trabajo remoto recayeron en los propios trabajadores, en los propios servidores, quienes tienen que pagar internet, la línea telefónica, entre otros servicios. ¿Qué dice la experiencia internacional respecto a ello?

—Una de las cosas que estamos viendo es que el mercado va más rápido que el Estado y que la legislación. El mundo cambió muy rápido, el Estado no supo qué hacer, entonces, efectivamente hay muchas leyes que aún no estaban escritas de qué debe asumir o no un empleador cuando hay un trabajo remoto. Entonces, hay muchos países que ya están actualizando toda su legislación, que están diciendo que hay que dar un subsidio de internet, o que hay que tener un espacio de trabajo adecuado para la persona que va a trabajar remotamente. Hay otros países, otras empresas, como, por ejemplo, nosotros en Deel, que tenemos un software a nivel global, y cuando entra una persona la compañía escoge, ‘mira, quiero mandarle este equipo de trabajo’ o la persona puede decir ‘yo ya tengo equipo, quiero mesa o quiero silla’ y le llega a cualquier parte del mundo su equipo de trabajo. Entonces estamos viendo muchos cambios, hay muchas empresas que están mucho más avanzadas, hay mucha oportunidad de innovación también. Y, después, es que es difícil también definir cómo doy subsidio o cómo apoyo con indumentaria o qué beneficios doy si ya el beneficio de bono de alimentación o el beneficio del subsidio de transporte, pues, ya no tiene sentido. Entonces las empresas están cambiando. En muchos países, incluso ya existe lo que se llama visas nómadas, que son países donde ya saben que está llegando tanta gente a trabajar virtualmente que están montando todo un ecosistema de hotelería, de internet público, de restaurantes, de seguros de salud para las personas que no pagan impuestos normalmente en ese país, y poder extender las estadías de estas personas. Entonces, está cambiando: el Estado tiene que tener muchas más variables en cuenta, entonces eso toma más tiempo, pero lo que diría es que tarde o temprano todas las legislaciones de trabajo remoto y teletrabajo están modificándose a nivel global.

Entrevista a Natalia Jiménez en LR+ Economía. Foto: Captura.

Entrevista a Natalia Jiménez en LR+ Economía. Foto: Captura.

¿Qué recomiendan ustedes para que este trabajo remoto sea efectivo y realmente haya productividad, que están esperando las empresas y también los mismos trabajadores para sentirse bien con la labor que realizan?

—Bien, te voy a contestar desde lo que he venido aprendiendo yo, pero sobre todo lo que vivo en el día a día con mi equipo, como trabajadora remota y como persona que gestiona un equipo remoto. En Deel nosotros nos encargamos de contratar y pagar equipos remotos; decir, nuestra vida completa es remota, mi equipo está transversal a través de toda América, algunos están viajando, otros son nómadas, otros viven en casa con su familia normal. Tenemos de todo. Hoy en día no vas a poder medirla a la persona por horas de trabajo. Eso es un error, asociar la productividad con horas trabajadas. De hecho, podemos ver estadísticas que muestran en el mundo que hay países que trabajan muchas menos horas y generan mucho más ingreso, versus otros países donde es al revés. Entonces entender que los objetivos es lo que se debe medir, tenemos muy claro, tener ese nivel de confianza; y, por último, apoyarse de tecnología, porque viene mucha incertidumbre: ¿cómo contrato a las personas que sea un contrato legal?, ¿cómo les pago si yo manejo una moneda y la otra persona quiere criptomonedas o quiere dólares o quiere euros o quiere billeteras virtuales? Entonces, hay un tema financiero. También hay un tema de retención: los festivos, si quieren pedir vacaciones, cómo les manejo seguro de salud, pensión. Entonces, hay un montón de temas que hay, ya existen herramientas tecnológicas, como nosotros, como también hay softwares que te ayudan a comunicarte como pueden ser software como Slack, o como otros diferentes bots, que lo que ayuda es a que teniendo una empresa virtual haya una cultura corporativa. Si toda la empresa no está pensando en comunicarse virtualmente; ¿a qué me refiero con esto? Quiero decir, si yo voy a comunicar información, tengo que hacer una llamada, además tengo que documentar por escrito para los nuevos, además tengo que hacer una sección de preguntas y respuestas, para cualquier cosa, porque me estoy digitalizando; pues, probablemente, esa persona que vas a traer, si no tienes todo ese ecosistema, va a ser más difícil que se conecté con la compañía y, por ende, que la puedas retener. Entonces, para eso estamos nosotros. En Deel lo que hacemos es ayudar a eso, a gestionar los contratos, los pagos, y que tú puedes buscar al mejor talento y que tú también, como talento, puedas conseguir la mejor oferta laboral, sin importar cuál es tu pasaporte. Las fronteras son mucho más borrosas hoy de lo que hace unos años.

Precisamente, Natalia, te adelantaste un poquito a lo que te iba a preguntar sobre la situación de Deel. ¿Qué es lo que hacen en América Latina, en el mundo, dónde están, cuáles son las perspectivas del mercado peruano y latinoamericano en esta tendencia, quizás híbrida, entre el trabajo remoto y el trabajo presencial?

—Nosotros somos una compañía, estamos en más de 150 países alrededor del mundo, cinco continentes. Tenemos operación en toda Latinoamérica, América, Europa, Asia, etcétera. Somos una empresa que nace en San Francisco, California; sin embargo, rápidamente la empresa desde que se funda tiene personas en todas partes, nacimos con una cultura remota. Somos los primeros en vivir los retos que trae tener un equipo remoto. Y somos una tecnología, somos un software, que te ayuda a contratar, pagar y gestionar tus equipos remotos alrededor del mundo, en los países donde no tienes una entidad legal. Lo que sucede es que yo digo ‘bueno, conseguí un talento espectacular y esa persona vive en España, en Argentina, en Colombia: qué hago, no tengo entidad legal’. Entonces ahí es donde entramos nosotros, y ayudamos a contratar a esa persona, sea como empleado, por prestación de servicio, por horas, por proyectos, fijos, hay todo tipo de formas de contratar. Por otro lado, los pagos: el movimiento financiero es bastante complejo, las transferencias internacionales, los cambios de moneda; entonces ayudamos con toda esa parte financiera. Y ya, por último, pues, ¿cómo retengo a esta persona?: entonces, damos opciones de bonos de salud, de meditación, avances de dinero, incluso una tarjeta de débito que ayuda a la persona ahorrar dólares y a poder pagar en cualquier parte del mundo donde reciban Visa. Entonces, tenemos como todo un ecosistema que lo que busca es que la empresa que quiere el mejor talento y tiene limitaciones geográficas, nosotros entramos a apoyar toda esa operación y que se le haga algo que, en cinco minutos, puede contratar y pagar una persona fácilmente a través de la tecnología.

Bien, Natalia ¿Qué les dirías finalmente a nuestras audiencias?

—Mi invitación es a que entiendan el trabajo remoto como una opción de tener flexibilidad, una opción de empoderar a las personas. Hoy en día el talento busca flexibilidad, empoderamiento y ganas de sentirse dueños de los proyectos en los cuales trabajan. Así que los invito a probarlo, arriesgarse y a entender que el trabajo remoto tiene un alcance gigante para ciudades medianas, pequeñas, distribución del gasto, mayores oportunidades para personas que antes no las tenían. Para nosotros, como también empresarios es nuestra responsabilidad poder generar esas oportunidades para los demás. Y cualquier pregunta que tengan los podemos atender www.letsdeel.com

Puede ver la entrevista completa pinchando AQUÍ

Rumi Cevallos. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.