Más de 13 mil empresas ya autorizadas a reiniciar actividades

Por: Christian Alcalá P. / Christian Silva G.

Esta semana el Ejecutivo definiría el ingreso a la fase 2 del reinicio de actividades. Ya el pasado sábado 30 de mayo, la ministra de Economía y Finanzas, María Alva, anunció que en los siguientes días se espera la publicación del decreto supremo para habilitar esta nueva etapa. Una de las críticas que quedó de la fase 1 es el trámite en los ministerios para que las empresas reciban la autorización y vuelvan a operar.

Miguel Vega, integrante de la Grupo de Trabajo Multisectorial para la Reanudación de las Actividades Económicas, reveló a un programa dominical que de las 200.000 empresas que han solicitado volver a operar, solo se han tramitado 10.000 solicitudes.

“Es una labor muy pesada para los ministerios mismos, porque hemos puesto a los funcionarios públicos a tomar decisiones urgentes, que solo ha representado menos del 10% de lo que se requiere. Estas dos últimas semanas las hemos pasado en trámites”, expresó.

El jueves 28 de mayo, el primer ministro Vicente Zeballos indicó que se habían autorizado a 13.253 empresas para operar, dentro del marco de la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus.

“El MEF nos ha reportado un primer avance en la fase 1. En el sector transportes se ha autorizado a 1.146 empresas; energía y minas a 38 empresas; en agro a 31 empresas; en producción a 10.704 empresas; en sector vivienda, 339 proyectos; desde la cartera de Mincetur a 307 empresas; y en servicios notariales a 418. Es decir, a 13.253 en total”, expuso el premier durante su exposición ante el Pleno del Congreso.

Durante el estado de emergencia la economía estuvo operando en alrededor del 44%, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Cuando se instaló el grupo multisectorial, sostiene Miguel Vega, se esperaba aumentar esta productividad en entre 20% o 25%. Sin embargo, señala que se contemplaba el protocolo sanitario que las empresas debían cumplir, pero surgió otro aspecto no previsto por el grupo, reconoce: “Para poder producir y vender se requiere permiso previo de la actividad. Se acordó ampliarlo a la industria textil, la de vidrio, exportación, pesca, la minería, entre otros. Nació la condición de que para cada una de las actividades había que pasar un permiso previo del ministerio respectivo”.

La meta de la fase 1, señala, debió tener vigencia de llegada al 65% del Producto Bruto Interno (PBI), pero que no se ha podido lograr porque en ese lapso de tiempo “han sido de trámites”.

A ello, Pablo Checa, también integrante de la multisectorial, señaló que “también hay problemas por el nivel de incrementos de contagios”, recordando que se debe tener un plan de seguridad y salud dentro del trabajo y fuera de este, además de un “plan de salida”, refiriéndose al escenario en que una empresa tenga que volver a paralizar sus operaciones.

Dificultades

Y es que luego de estar dos meses de para, todas las empresas tenían la necesidad de reactivarse. Así lo narra la fundadora del restaurante El Rocoto, Blanca Chávez, quien sostiene que tardó una semana en tener la autorización del Gobierno, lo cual considera que es demasiado, sobre todo cuando es un pequeño negocio que está a punto de volverse insostenible.

La empresaria gastronómica también comentó que debido a la alta demanda de las empresas por reactivarse, la página del Ministerio de la Producción (Produce) en la cual debía inscribirse para tramitar el permiso se saturó, lo que generó que se alargue aún más el proceso.

“La plataforma se saturó y demoré una semana para que pase de Produce al Ministerio de Salud (Minsa), ha sido muy tedioso”, comentó Chávez.

Para Alberto Varillas, abogado y socio de García Sayán abogados, los protocolos sectoriales no se han elaborado de la mejor manera, ya que en algunos casos se han puesto requisitos que no son necesarios.

"El problema es que estos protocolos no son homogéneos, son protocolos diferentes, en muchos casos contradictorios que exigen requisitos que en algunos casos son efectivos, pero en otros innecesarios", anotó Varillas.

Recomendó que mejor hubiese sido que haya un protocolo general, y que solo para actividades puntuales se realice otro con aspectos más específicos.

"No tiene sentido que todos los protocolos digan que hay que lavarse las manos por 20 segundos, con que uno lo diga basta", sentenció Varillas.

Asimismo, menciona que hay actividades que no tenían un sector asignado, como las notarías. “Lo último que se te ocurre es que el Ministerio de Justicia va a emitir un protocolo sobre seguridad y salud ahí, pero al final sucedió así”.

Falta de capital

Otro factor que atraviesan las empresas de cara al reinicio de actividades, es la falta de capital de trabajo, ya que, sobre todo los microempresarios han sido los que se han visto afectados por la pandemia de la Covid-19.

Según Elmer Zapata, secretario general de las mypes de la industria de la confección del emporio comercial de Gamarra y de todas las mypes del Perú, el principal obstáculo que han tenido los empresarios en esta etapa de reactivación, es el poco apoyo de Gobierno, ya que los programas de financiamiento empresarial no ha llegado a todas las mypes, especialmente el Reactiva Perú.

Asimismo, apuntó que debido a la falta de capital varias pequeños negocios que deberían haber iniciado en esta etapa no han podido reanudarse.

"Por la falta de apoyo, van a quebrar más de 20.000 empresas", añadió Zapata.

Cambios sustanciales

Es importante recordar, que a lo largo de la fase 1, el Gobierno ha ido flexibilizando sus criterios de focalización en algunos sectores económicos autorizados en dicha etapa.

Las modificaciones más resaltantes son las que se hicieron en el rubro del e-commerce y el de restaurantes. El más aplaudido fue la eliminación del parámetro de ventas, lo cual permitió que las mypes también puedan reactivarse.

De acuerdo con Blanca Chávez, dicha modificación ha permitido que los pequeños restaurantes puedan operar. No obstante anotó que los protocolos no se han flexibilizado hasta la fecha.

"Es muy complicado que los restaurantes pequeños puedan cumplir los protocolos porque les demandará muchos gastos", subrayó la empresaria.

Sin embargo, Varillas apunta a que existen protocolos que definen a un grupo de riesgo frente a la Covid-19, pero que este grupo fue cambiado en distintas ocasiones, mas no en los protocolos.

“Lo que se cambió en la última norma de la definición no se ha cambiado en el protocolo”, acotó el experto.

La fase 2 del reinicio ayudará para optimizar los trámites de la fase 1, asegura el MEF

Ayer por la noche se reunió el grupo multisectorial para evaluar la fase 1 y debatir el inicio de la fase 2. En este encuentro también se iba a incorporar el alcalde de Lima, Jorge Muñoz.

Tras el debate, el Consejo de Ministros debe votar si aprueba o no el ingreso a una nueva etapa.

La segunda fase contemplaba la optimización de trámites de la fase anterior, según dijo la ministra Alva.

Miguel Vega consideró que se debe apelar a la "democracia constitucional que tienen las empresas, en base a “la propiedad privada, la libertad económica y la economía social de mercado”.

“Hace que tengamos que confiar en las empresas, imponer el protocolo sanitario y la sanción a quien no lo cumpla, o incluso llevarlo al cierre”, expresó.

Alberto Varillas consideró que debe haber una ruta definida para todos los ministerios. Sobre la fiscalización ex post, consideró que es más óptima que una fiscalización previa, porque detiene las otras solicitudes.

"Es más eficiente que se paralicen las actividades de una empresa que no cumple las normas a que lo hagan con todas las empresas", dijo.

Datos

Aporte. Al término de la fase 1, la economía se acercará al 70% de su capacidad de producción, según el MEF. Para la fase 2 se espera que la operatividad económica llegue a un 85%, previó Alva.

Retorno. El MEF estimó que para la primera fase iban a regresar a sus labores 1,4 millones de trabajadores, mientras que en la fase 2 se espera reincorporar 1,5 millones.

Servicios. Produce estimó la semana pasada que 6 millones de trabajadores volverían a laborar con el reinicio de distintos servicios.“El problema es que estos protocolos no son homogéneos, sino diferentes y, en muchos casos, contradictorios”.

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