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Domingo

El agónico 6% de Piñera

Despidió el 2019 diciendo que lo peor ya había pasado, pero un estudio lo ha puesto a flaquear: Sebastián Piñera cuenta con apenas 6% de aprobación, un récord vergonzoso que sitúa al chileno como el presidente con menor apoyo ciudadano de América Latina.

Confía en salir de hoyo con el plebiscito sobre la nueva Constitución.
Confía en salir de hoyo con el plebiscito sobre la nueva Constitución.

El hit del verano, en Chile, es una mezcolanza de Thriller, Fortnite, y palmazos en la “raja” con los discursos del todavía presidente como telón de fondo y un grito demoledor: Piñera culiao.

Ocurrió hace unos días. Y nació de la indignación de un colectivo de mujeres, en una de las tantas manifestaciones de repudio hacia Sebastián Piñera desde octubre de 2019, cuando estalló la olla a presión que hasta entonces hacía parecer a Chile como un país próspero y ejemplar. Una crisis que trajo consecuencias espantosas: 29 muertos, más de dos mil heridos, 200 mil despidos y una sensación de vulnerabilidad y caos que difícilmente pueda medirse con exactitud. En medio de ese fuego cruzado aparecieron imágenes de solidaridad que aguan los ojos, como el padre que se metió entre los carabineros para abrazar a su hija e irse preso con ella. O el mar de gente cantando El baile de los que sobran.

Lo cierto es que nada ha cambiado mucho, aunque Piñera despidió el 2019 asegurando que lo peor de la crisis ya había pasado, y que ahora tocaba aprender la lección para construir un país mejor entre todos. Hace unos días, el Centro de Estudios Públicos (CEP), una institución que estudia las tendencias de la sociedad chilena desde hace 40 años, publicó una encuesta que ha acabado por tirarse abajo cualquier desvarío o rastro de esperanza. Si en junio de 2019, Piñera despertaba un 25% de aprobación en el pueblo chileno, a enero de 2020 se desplomó hasta el 6%. Sí, 6%. Casi veinte puntos en medio año.

La investigación, que se realizó entre el 28 de noviembre y el 6 de enero, incluyó una muestra de 1,496 personas de 117 comunas.

Con el 6%, su mínimo histórico (en su primer mandato llegó al 17%), Sebastián Piñera se ha adueñado de un récord deshonroso: haber obtenido el índice más bajo de un Jefe de Estado chileno desde el retorno de la democracia en 1990, y haberse convertido en el líder menos aceptado de América Latina.

Un cinturón que lucía el no menos deshonroso Alejandro Toledo (2001-2006), cuando su respaldo cayó hasta el 8% en abril de 2004. Toledo se quedó flotando a un pasito de la vacancia, en medio de un paro general convocado por la Confederación General de Trabajadores y la oposición aprista. Piñera, además, ha desplazado al argentino Fernando De la Rúa (1999-2001), quien después de tocar el hoyo del 8% a mediados de diciembre de 2001, tuvo la valentía de huir en un helicóptero de la Casa Rosada.

“Funcionará la lógica de un pato cojo: será un gobierno que no gobierna sino que simplemente administra”, ha dicho el analista político Marcelo Mella.

No hay que ser politólogo para intuir que al verse tan diezmado el Ejecutivo, quien lidera los procesos políticos es el Parlamento.

Piñera, quien amasa la quinta mayor fortuna en Chile, según un ránking de la revista Forbes de 2018, ha sido justamente vapuleado por organismos internacionales como la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y Human Rights Watch.

En este contexto, el 26 de abril se realizará un plebiscito sobre la posibilidad de una nueva Constitución que reemplace a la actual, heredada por la dictadura de Pinochet. Una demanda popular con la que Piñera planea levantar un poco sus números. El último cartucho.

Para el analista peruano Alberto Vergara, los fracasos de Macri, Pedro Pablo Kuczynski y Piñera tienen un hilo conductor. “Una vez ahí (en el poder), las tres presidencias confiaron más en el mundo empresarial que en los ciudadanos”, escribió en el New York Times.

¿Cuánto más aguantará el presidente desaprobado? (R.G.)

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