El grito del alma: Universitario aseguró su pase a la segunda fase

Más de cuarenta mil gargantas haciéndose una, el grito que sale del alma, el abrazo confuso pero sincero en la tribuna. El desahogo de saberse mejor, el color crema que se hace intenso, la garra como sello para defender una ventaja y clasificar, dejar en alto su valor internacional. El retorno de Universitario.

Un partido puede valer tres puntos, una clasificación, una alegría para el hincha, pero también mucho dinero. Porque el éxito no solo puede ser medido en unidades, sino también en miles. 350 mil para ser exactos para un cuadro concursado, con problemas económicos desde hacer varios años y que por historia está siempre obligado a pelear el título, a clasificar a las copas.

Las últimas dos veces que definieron una llave como local, el estadio terminó en silencio, siendo eliminados por errores propios. Como si estuvieran hechizados, como si la nube negra no se fuera. A veces lo más complicado es superar los fantasmas internos y este 2020, este guion que escribe con Gregorio Pérez como director, empieza a dejar atrás el suspenso para darle un giro de felicidad.

Federico Alonso, uno de los refuerzos para esta temporada, se convierte en un héroe fugaz al conectar de cabeza un centro preciso de Alejandro Hohberg, que antes de entrar al arco del complicado Hernández se desvía en un defensa para ese grito loco que significa el 1-0 y también la clasificación.

El zaguero uruguayo era importante en las dos áreas, también despejando cuando era necesario o cometiendo una falta táctica. Carabobo FC intentaba con las armas que tenía, a pesar de sus limitaciones y con el público en contra. Un tiro de González que pasaba cerca, Tortolero más controlado que en la ida (1-1 en Puerto Ordaz). Universitario, intenso como en las anteriores pruebas, llegaba a su tope en el examen final. La velocidad por las bandas, el talento de Donald Millán.

Un tiro libre suyo causaba peligro en el complemento, cuando se empezaban a hacer los cambios buscando cerrar el triunfo. Urruti, Barco y Succar planeaban darle equilibrio. Hohberg, uno de los más insistentes, se fallaba un gol infame para cerrar el duelo y jugar tranquilos los últimos minutos.

La tensión aumentaba pero estuvieron lejos del arco de Carvallo, quien tuvo que intervenir pocas veces. El pitazo final volvía a dar paz. En la próxima ronda, los cremas chocarán contra Cerro Porteño (5 y 12 de febrero) para seguir soñando con seguir avanzando hasta la ronda de grupos, pensando en que ese grito del alma se repita.

Síntesis