Cultural

Vanessa Vizcarra: "Cuando las autoridades son opresivas, el arte será el enemigo principal"

La directora del Festival de Cine de Lima hace un balance y sostiene que hay más público para el cine peruano. “Somos una gran cantidad de peruanos que defendemos los derechos culturales”.


La actriz y dramaturga dirige el Festival de Cine de Lima.
La actriz y dramaturga dirige el Festival de Cine de Lima.

Vanessa Vizcarra es desde este año la directora del Festival de Cine de Lima. Le tocó la edición más política de los últimos años, en medio de la crisis en el sector por la nueva ley impulsada desde el Congreso, el abucheo a la ministra de Cultura, pero también coincide con los premios y nominaciones de la producción peruana en escenarios internacionales.

         Tras el festival, la actriz y también dramaturga  alista el unipersonal de Gian Marco Zignago Mi vida en sol mayor. “Estreno este proyecto que vengo trabajando desde hace dos años, en la dramaturgia y dirección. He escrito alguno, pero es la primera vez que dirijo un unipersonal. Por ahora vamos a estrenarlo en Lima, pero sería hermoso ir a provincias; es una obra con mucho corazón”. Por estos días, interpreta a la madre de Hamlet en una versión que habla sobre la maternidad no deseada. “Desde el primer momento, la propuesta era versionar Hamlet y  hacer que nos resuene hoy en día; para eso era importante darles voz a los personajes femeninos. Cuando revisas la dramaturgia universal, lo que consideramos clásicos, hay una carencia grande, la mayoría de personajes grandes son masculinos. Entonces, para mí esa es la brillantez de esta versión, poder imaginarnos cómo serían las voces de esos personajes femeninos”.

¿La obra aborda la necesidad del feminismo?

Sí, totalmente. Hablar del feminismo en sí no funcionaría, pero sí hablar de ello que lo genera, que es la estructura patriarcal que conlleva el machismo. Nos hace reaccionar en búsqueda de una equidad y de un sistema distinto. Son las raíces y las causas más profundas que dan origen al feminismo.

Una de ellas es poner en el tapete la maternidad, ¿no? Si una mujer dice que no desea ser madre o que no quiso ser madre, sigue siendo juzgada en redes sociales, por ejemplo.

Sí, desgraciadamente estamos, además, en un momento especialmente intenso de reacción y, por lo tanto, de opresión. Ese tipo de manifestaciones extremas y conservadoras que lindan a veces hasta con lo criminal. Creo que estamos en ese lugar porque ha habido un avance grande en derechos, en el camino de encontrar equidad social, y es inevitable que cuando se avanza hacia un lado, exista una reacción hacia otro lado. Es como las leyes del universo. Espero que no sea un periodo largo y regresemos a lo más ecuánime.

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¿Y cuál es el papel del teatro y el cine ahora? Si hablamos de reacciones, quizá ha sido el escenario más político en años para el Festival de Cine de Lima.

Creo que el arte siempre tiene un rol principal que es develar para la sociedad la complejidad del ser humano. Cuando estamos en un periodo con tanta opresión y tanta polarización, al arte le toca plantarse y decir: “No todo es como lo ves con tus ojos. La humanidad  es más compleja, más diversa y necesitamos más empatía para interactuar entre nosotros, si no lo único que vamos a lograr es violencia”. Cuando hay tanta represión alrededor, la percepción es que el arte está haciendo resistencia, que está ocupando el poco espacio para la empatía y conexión humana. Ese espacio hay que mantenerlo y pelear por él.

Algunos de tus colegas han dicho que  “primero van contra el cine, luego irán por el teatro o por la literatura”.  ¿A qué balance llegaste luego del festival?

Creo que lo principal ha sido visibilizar que somos una gran cantidad de peruanos y peruanas los que defendemos nuestros derechos culturales. Siempre que podamos hacernos visibles, argumentar y salir al terreno público y hablar de ello, será valioso. El festival es internacional, con lo cual el rebote de esa reivindicación ha sido más grande. Por suerte hay muchos actores y actrices —son ciudadanos— que sí valoran, que sí lo reconocen. Somos muchos, pero desgraciadamente estamos en un momento en que a nivel de nuestras instituciones, a nivel gubernamental,  esos derechos están siendo tratados de una forma muy pobre.

De repente, después de la inauguración,  resultan incómodos.

Bueno, eso es más o menos tradicional. Cuando las autoridades son represivas, opresivas y son corruptas, el arte y la cultura serán el enemigo principal.

En medio de ello, las películas de autor siguen luchando por mantenerse en cartelera comercial. ¿Los ciclos de cine nacional estarán a lo largo del año?

Por supuesto, esos son los planes del centro cultural en adelante. Nos interesa ser un espacio en el que las personas puedan encontrar alternativas que no se encuentran en la cartelera comercial, especialmente si es cine peruano. Una de las responsabilidades es ser un espacio para la diversidad. No es gratuito el espacio que se está ganando a nivel internacional y la cantidad de público que está llenando las salas para ver películas peruanas. Creo que la tendencia con respecto al cine peruano es de crecer; durante el Festival de Cine de Lima, llenaron las salas de películas peruanas antes que las otras. También hay un crecimiento del público joven para todo lo que es cine de autor, eso es superpositivo y bonito. Cuando uno percibe que su ciudad, su país, es un espacio difícil de lidiar, una manera de hacerlo es el arte.

 Entonces, no es verdad cuando se dice que no hay público para el cine nacional.

No, no es cierto. Lo que sí es cierto y se hace evidente es lo positivo que es la intervención del Estado cuando se trata de políticas de difusión y estímulos para las diferentes expresiones artísticas. No porque no tengamos público, sino porque mientras más público hay, se crea más identidad nacional, más ciudadanía, se activa más la economía y nos convertimos en un país que tiene un discurso propio. Una vez que lo tengamos, quizá hasta lo podamos exportar. Pero primero hay que tenerlo.

Datos: La obra Hamlet está muerto es dirigida por K’intu Galiano. Cumple temporada en el auditorio del Británico de viernes a domingo.