Pasan al retiro a Harvey Colchado, coronel encargado de allanamiento de casa de Boluarte
Cultural

La Biblioteca de Merlín: “Si algo va ayudar a cambiar el país es el conocimiento de la historia”

Merlín Chambi empezó hace más de un año y medio un canal de YouTube, donde busca acercar la historia a las personas, mostrándola de forma entretenida, interesante y educativa.

La Biblioteca de Merlín cuenta actualmente con casi 85.000 suscriptores en YouTube. Foto: composición LR
La Biblioteca de Merlín cuenta actualmente con casi 85.000 suscriptores en YouTube. Foto: composición LR

De haber seguido su instinto, Merlín Chambi podría haberse convertido en el primer youtuber de historia en nuestro país. Sin embargo, el paso de los años y la crisis de los treinta, como él mismo lo explica, lo motivaron a retomar su idea e incursionar en YouTube, con un canal que está cerca de llegar a los 100.000 subscriptores.

Desde su creación, la Biblioteca de Merlín se ha convertido en un espacio donde se puede encontrar contenido histórico con rigor académico, pero presentado de una forma amena y ‘chonguera’. Esa es la fórmula que ideó Merlín, historiador por la Universidad Nacional Federico Villarreal, para sus videos y que le ha valido para formar una comunidad que lo sigue y respalda.

Conversamos con él sobre qué lo motivó a convertirse en un youtuber, cómo toma el crecimiento rápido que ha tenido su canal, sus próximos proyectos y, además, nos dejó unas recomendaciones sobre libros para los que desean conocer más de la historia del Perú.

Háblame de los orígenes de la Biblioteca de Merlín, ¿cómo surgió la idea de hacer videos de historia en YouTube?

Yo entré a estudiar una carrera de Letras, viniendo de un distrito pobre (Villa El Salvador). Quería hacer de lo que había estudiado (Historia en la Universidad Nacional Federico Villarreal) algo masivo, pero no sabía cómo.

Por el 2010 o 2011 comienzan a aparecer los youtubers y pensé: “esto es una muy buena alternativa para difundirla”. En ese tiempo tenía una enamorada que me dijo que eso era para chiquillos o chibolada. Al final me bajó completamente la idea, pero yo ya estaba dispuesto a iniciar por esos años.

Pasó mucho tiempo, hasta que en 2019 me agarra esta crisis de los 30 en los que dices: “Oye, ya pasaron mis veinte, mi época productiva, y no he hecho absolutamente nada”. En ese ínterin me animé a volver a grabar. Agarré 20 soles que era lo único que tenía, porque ganaba muy poco, y fui al mercado de la Chancheria a comprar un trípode y una franela roja. Así empezaron los primeros videos, que eran básicamente resúmenes de libros.

Luego me di cuenta que lo que hacía era muy común. Hay muchos canales de literatura que son mejores que el mío, así que opté por buscar otra salida. Algo mucho más mediático y que a su vez ofrezca algo distinto. Entonces pensé en sacarle provecho a lo que realmente sé, que es la historia y así comencé a crear lo que hoy es la Biblioteca de Merlín.

Precisamente, en YouTube existen muchos canales que hablan de historia ¿cuál crees que es el plus que le das a tus seguidores y por el que te prefieren?

Yo tengo experiencia como profesor de academias y de colegios. Estoy seguro que en la academia, uno de los cursos favoritos es Historia. La que nos cuentan en el colegio es de un profesor que quizá está un poco aburrido de enseñar o tiene muchos años trabajando, y ya no tiene la metodología de antes. En cambio, en las academias los profesores son jóvenes y apasionados de lo que están haciendo.

Ahí supe que esto es lo que falta. Hay que llevar el ímpetu de las academias. La mentalidad inmadura, hablando de forma positiva, de los profesores de la academia a los videos. Cosas como jugar con memes o referencias actuales y explicarlas como si estuviéramos en una clase, pero aplicándole la rigurosidad del historiador.

En la universidad llevamos casi dos años de tratamiento de fuentes, no es tan fácil hacer un contenido histórico. Lo que hice fue llevar esa metodología, pero no hacerla pesada, sino calmada, cosa que entre en la mentalidad popular y les brinde lo que finalmente quiero dar, que es historia con sustento historiográfico, pero con la ligereza de un canal ‘chongero’.

Esa, creo, es la fórmula que terminó cerrando el canal y el crecimiento fue rápido. Me ha ido muy bien. Hay un promedio de 1.000 subscriptores por día. Yo nunca pensé que me iban a reconocer en la calle y me da gusto porque no he logrado reconocimiento por un escándalo o contenido banal, sino por algo que yo realmente quiero y lo he querido desde que ingresé a la universidad, que es aportar a la sociedad. Yo creo que si algo va ayudar a cambiar el país es el conocimiento de la historia.

¿Cómo es el proceso de creación de un video de tu canal?

Debo decir que no utilizo guion porque siento que me limita de cierto modo. A mí me gusta ser más libre. Una vez lo utilicé, pero el video me salió horrible. Yo creo que en algunos momentos hay que seguir más la intuición; por ejemplo, muchos de los profesores de academia no han llevado pedagogía, pero saben atrapar muy bien la atención del alumno.

En una clase de academia, un profesor no puede volver a repetir una toma ¿Pasa lo mismo en tus videos o haces muchos cortes en edición?

Sí. Ocurre que yo soy el que hace todo en mi canal, a veces estoy con un ojo en la cámara y otro en el audio de la computadora. Entonces, en el trayecto de estar grabando, sumado a que tengo que ser carismático y estar enfocado en el tema, se me vienen ciertas lagunas. Esos espacios de unos segundos son donde se siente un poco pesado el video y lo debo solucionar con los cortes.

Tu canal en YouTube y página de Facebook han tenido un crecimiento rápido ¿Hay alguna presión con el contenido que ofreces a tu público?

Claro. Mientras más crece el canal, la gente pide más cosas nuevas. He empezado con videos en directo donde hago tips de lectura o cómo reconocer un libro de historia confiable de uno que no lo es; y lo que recientemente realicé fue un taller práctico de cómo iniciar en youtube cultural.

Quisiera que en verdad hubiera una cantera de youtubers, pero que sean especializados en las cosas que han estudiado. Que no sean todistas ni les gane la sed de likes, sino que se enfoquen en lo suyo porque hay público. Si historia, que usualmente es una de las ramas que se asocia a algo aburrido, tiene su gente, imagínate en cosas “más útiles” como medicina o ingeniería.

Los gags y tu carisma en los videos hacen que sean bien entretenidos, ¿Tuviste referentes en YouTube? ¿Utilizas mucho esta plataforma?

Yo soy consumidor bastante de tres cosas: libros, YouTube y videojuegos. No sé si cuenta como influencia, pero soy un amante del cine de humor. De las películas de los Monty Python, de los hermanos Marx, del cine absurdo y de la comedia norteamericana. De ahí he sacado algunas referencias y en mis videos aparecen pequeños clips de escenas de Los Pythons. Ese sería en el aspecto cómico.

Claro que también están youtubers como El Bananero, de quien aprendí que es importante tener una mascota en el canal y también en España con Músico de M, que para mí es la figura en humor más genial de YouTube. En cuatro minutos te mete un montón de información musical que te hace matar de risa.

En lo que es youtubers netamente académicos, en Perú está El robot de Platón, que me parece el más serio; y a nivel internacional VisualPolitik, Destripando la historia y la fórmula que emplea Dross. Y también los documentales que produce TV Perú.

A veces optamos por no acercarnos mucho a la historia por considerarla muy densa, ¿coincides con esa opinión?

Yo creo que la historia no es densa, sino que los académicos son densos. Y es porque hay un esnobismo en las personas que van a estudiar letras. Por ejemplo: las tertulias, que quieren hacerlas al estilo del siglo XIX, siguiendo el estereotipo de gente que conversa en un café parisino. Eso me parece completamente tóxico y atemporal.

Ahí vuelves una élite el conocimiento. El resultado es que cuando haces tus eventos de historia, van las quince personas de siempre o tienes que obligar a los de primer año a asistir. La pregunta es: ¿en qué estás fallando? Y es en el aspecto comunicativo. Quién no quiere enterarse, por ejemplo, de los artículos de Carlos Aguirre explicando por qué en el virreinato la panadería era más temida que la cárcel.

Hay formas de narrar estas cosas y que tengan una llegada masiva, porque los temas son muy interesantes. Nuevamente, quién no quisiera enterarse que la peste negra llegó al Perú, que está escrito en un artículo bien extenso, obviamente dirigido a académicos, pero que también podría gustarle a un chico de colegio. Pero no le vas a mandar a la leer Google Academics. Entonces, el tema en sí no es denso, sino lo difícil es cómo se explica.

Allí es donde se debe romper esa barrera del esnobismo que muchas veces nos separa (a los historiadores) de la gente. Lamentablemente, las carreras de letras se basan mucho en la reputación, pero si vas a seguir rotando el conocimiento entre la misma gente, no tiene mucho sentido. La idea es masificarla.

Entre el contenido que sube a Yotube destacó un video sobre la historia del pollo a la brasa, que fue compartido por Gastón Acurio. Foto: Instagram

Entre el contenido que sube a Yotube destacó un video sobre la historia del pollo a la brasa, que fue compartido por Gastón Acurio. Foto: Instagram

La coyuntura actual y todo lo que vivimos, trae la memoria la frase de que quien no conoce su historia está condenado a repetirla, ¿crees que esto pasa en nuestro país?

En el Perú tenemos un grave problema y no es que no conozcan su historia, sino que se han mal informado. Mucha gente me pregunta, por ejemplo, “Merlín, quiero que me des bibliografía de la guerra con Chile” y yo siempre les dijo: “Está bien, quieres bibliografía, pero ¿sabes del primer civilismo, de la época de la anarquía militar o de las relaciones de poder que se mantuvieron después del virreinato? ¿No? Entonces cómo vas a entender un tema específico como la Guerra con Chile”.

Si uno quiere saber un tema específico, primero debe empezar por lo general. Una vez que tienes una visión académica general, ahí sí, recién lánzate a los puntos específicos, porque sino lo vas a malentender y será bien difícil que te quites la idea de que has cometido un error.

Es importante acercarse a la historia académica, que es la historia neutra como se nos enseña en las universidades. No nacionalista, hispanista o indigenista. Esta es la clave para que se pueda entender.

¿Qué ideas tienes en mente para futuros proyectos con la Biblioteca de Merlín?

La mayoría de proyectos que tengo pensado son post pandemia. Por ejemplo, durante todo el 2020 he salido poco, para cosas muy puntuales, y las veces que lo hice, lancé un reto que se llama “Buscando a Merlín”. Consiste en que aviso minutos antes de llegar a un lugar, porque tampoco quiero que la gente salga inoportunamente, y si nos cruzamos, te regalo un libro.

La primera vez me llevé un libro, confiado en que nadie me reconocería, pero se lo llevaron en media hora. De ahí, las otras cuatro veces los libros volaron. En el último reto, que fue en diciembre, el libro no duró ni cinco minutos.

Me parece interesante, más allá de que se pueda sentir bien que te reconozcan, porque se están creando figuras que buscamos llevar la bandera del conocimiento. Obviamente, no quisiera ser el único y que hayan más, porque este país se sana con conocimiento. La cultura hay que saber venderla y enfocarla y se pueden hacer cosas muy importantes.

¿Ya has pensado en los próximos videos que tocarás en tu canal?

Estaba pensando hablar sobre la historia de las pandemias en el mundo y la historia de la desinformación.

Y en la misma línea, ¿hay temas que consideras que aún no puedes abordar?

Hay temas que definitivamente los estoy dejando en pausa, como el terrorismo o la guerra con Chile. Esto se debe a que aún debo tener un poco más de cultura informativa académica para que la gente lo recepcione.

Sobre la guerra con Chile, lo estoy postergando también porque hay demasiados videos sobre eso en YouTube. Además, es un tema que genera muchas pasiones y a veces jugar con eso no es lo mejor. Hay que saber entrar ahí, hacerle entender a la gente lo importante que es la labor de un historiador, que trasciende de nacionalidades, pasiones y se centra netamente en lo académico.

Para terminar, ¿qué lecturas o libros recomendarías para los que quieran sumergirse e iniciarse en la historia?

La santísima trinidad: Nación y sociedad en la historia del Perú de Peter Klarén, este abarca desde la llegada del hombre a América hasta el gobierno de Toledo; Historia contemporánea del Perú de Carlos Contreras y Marcos Cueto, que también hacen un recuento de manera académica; y Clase, Estado y Nación de Julio Cotler, que no es historiador, sino sociólogo, pero hace un resumen de la biografía del país amparado en bibliografía histórica y es un ejemplo interesante de interdisciplinaridad.

*Puedes seguir a Merlín a través de sus canal de YouTube la Biblioteca de Merlín, o en sus distintas redes sociales: en Instagram como @merlinmirror y en Facebook como la Biblioteca de Merlín, para estar al tanto de sus últimos contenidos y videos.