Rescate. Tres veces Miguel Gutiérrez es un libro de homenaje al recordado escritor piurano. Reúne tres textos que se acercan, más que al hombre, al autor y a su gran pasión por la novela.,Hace un año y medio –el 13 de julio del 2016– murió el escritor Miguel Gutiérrez Correa, un autor cuya prosa abarcadora y poderosa dejó, entre otros libros, La violencia del tiempo (1991) y El mundo sin Xóchitl (2001), solo para citar dos de sus novelas, porque también escribió ensayos.Precisamente, a manera de homenaje, el escritor Roberto Reyes Tarazona ha publicado Tres veces Miguel Gutiérrez (Ed. Ricardo Palma/Editorial universitaria), edición que él mismo prologa. El libro, en alusión a su título, reúne tres textos inéditos que develan el perfil y la entraña que fue Miguel Gutiérrez como escritor. El primero es el texto de introducción que el autor de El viejo saurio se retira (1969) escribió para el libro de ensayos Los dos caminos de la literatura, que estaba en proceso de escritura. Ese texto introductorio lo tituló “Ideología y política en los estudios literarios peruanos”. El ensayo nunca se llegó a publicar, conjetura Reyes Tarazona, “por priorizar su trabajo creativo”.Como arriesga Roberto Reyes, este libro de ensayos trunco hubiera tenido acaso la misma naturaleza que La generación del 50: un mundo dividido (1988), es decir, un balance literario e ideológico de la obra y los autores (en este caso, sobre los críticos literarios peruanos). El segundo texto es una entrevista a Miguel Gutiérrez concertada por la revista La palabra realizada en 1994 por la recordada escritora Pilar Dughi y Roberto Reyes. La citada revista tampoco nunca apareció.El tercer texto es la ponencia “El arte de la novela en Miguel Gutiérrez” que presentó Reyes Tarazona en el ciclo de conferencias “La Literatura peruana en la visión de los críticos y creadores”, auspiciado por el Instituto Nacional de Cultura en mayo de 1998. La ponencia ofrece una lectura e interpretación de las obras del escritor piurano.En “Ideología y política en los estudios literarios peruanos”, Miguel Gutiérrez dirige sus baterías contra la obra crítica y ensayística, sobre todo de José de la Riva Agüero y Luis Alberto Sánchez. En realidad, los desmenuza en sus marcos teóricos, ideológicos y de estilo. A Riva Agüero le recusa su visión hispanista de la literatura peruana, subordinar sus conceptos a esos patrones. “Según Riva Agüero –escribe Miguel Gutiérrez– dos razas han contribuido a la formación del carácter literario de los peruanos: la española y la indígena. De ellas, la primera es el elemento fundamental y la única que ofrece posibilidades de desarrollo a nuestra literatura (...)”. Después Miguel Gutiérrez agregará que Riva Agüero ve ese “desarrollo lento y realmente posible solo si permanece fiel a la tradición y al espíritu españoles”.En pie de página, nada indulgente, Gutiérrez Correa –quien no creía que en la crítica hay inocencia– discrepa de la visión de Luis Loayza sobre el joven Riva Agüero. “Si no erramos –subraya Gutiérrez Correa–, el racismo es un componente de la ideología feudal-colonialista, pero Loayza de manera amable y deportiva minimiza las tonterías racistas de este muchacho atormentado que era RA: ‘...en el Carácter... –cita a Loayza– se deja ir (RA) en alguna ocasión a inútiles consideraciones de psicología racial, expresión del racismo algo ingenuo, entonces tan frecuente’”.En la entrevista hallamos al escritor ante su propia creatura. Su pasión, métodos, miedos y coraje. Esta confesión lo grafica:“Babel, el paraíso es una novela que he escrito sin un plan previo. Al final, pienso yo, que esta es mi manera de trabajar. No parto nunca de un esquema, ni hago un plan, ni trazo un derrotero, lo que hacen otros escritores y legítimamente. Ningún método es mejor que otro. Cada quien tiene su propia manera de trabajar”.❧