Este número contiene, entre otros, textos sobre Blanca Varela, Fernando de la Jara, Eduardo Chirinos. Notas de Mario Montalbetti y Clara Petrozzi. También poemas y narraciones. Asimismo, reseñas sobre libros recientes.Revista de cultura,Pedro Escribano El crítico literario Julio Ortega refiere que en un seminario que dictó en la Universidad de Cambridge, sobre poesía latinoamericana, en 1995, sus alumnos analizaban un poema de Blanca Varela y que, silenciosos, parecían estar convocados a un resolver un enigma. Citamos este pasaje del artículo de Ortega sobre la poeta peruana, “Blanca Varela: una verdad en carne propia”, con que abre sus páginas la revista Hueso húmero 62. El crítico intenta una lectura de nuestra poeta en la que insinúa que lirismo, verdad y dolor son elementos de un mismo tejido, del mismo lenguaje, en la poesía de la autora de Concierto animal. “Por ello –subraya–, en la poesía de Blanca Varela se cumple una de las paradojas del surrealismo latinoamericano: su capacidad de incluir la parte del dolor”. En otras páginas de la revista, el escritor ecuatoriano Javier Váscones merodea los perfiles, “rastros biográficos”, de uno de sus personajes de sus novelas: el doctor Josef Kronz, que aparece en su novela El viajero de Praga y reaparece en La otra muerte del doctor. Lo interesante –acaso prueba de su credo realista–, Vásconez de Kronz como si realmente existiera y que la presencia de su autor incluso le llegara a molestar, tanto es así que el lector podría tener la impresión de que mientras Vásconez leía este texto en la presentación de su citada novela, el doctor Kronsz estuviera allí, anónimo, en el auditorio, y, por supuesto, fastidiado. Hueso húmero, revista de cultura que dirige Abelardo Oquendo y Mirko Lauer, sin duda es la revista cultural de larga data en nuestro medio. Académica, casi especializada, reúne textos ensayísticos, pero también de creación literaria. Y esta parte, de creación, casi siempre, como el tacto de la araña, los editores publican textos de autores jóvenes. Pero hablemos de ensayos, Mirko Lauer, en su faceta de crítico de artes plásticas, dedica no pocas páginas al pintor peruano Fernando de la Jara (“Equilibrio de la sensibilidad”). Un estudio en que busca señalar los rasgos más particulares de este pintor también particular. “No es, pues –dice el crítico del arte de la Jara–, solo un mundo rico en imágenes, sino también en acontecimientos, que no se deja definir con facilidad, pues contiene muchas propuestas diferentes”. “En de la Jara –afirma Lauer– el placer de pintar se sobrepone a los placeres de representar y de narrar. De los placeres de la representación su preferido es el de transgredir, en el sentido en el que suele hacerlo un espíritu libre”. En otro tema, Mario Montalbetti, a propósito de un chiste –en realidad, una situación que involucra cuestiones de ubicación y de identidad, o sea, una cuestión más que dramática–, reflexiona sobre la cuestión del otro a propósito de quién mira y quién es visto. En resumen, uno es pero no se sorprenda, en usted, amigo lector, bien puede también estar bien instalado otro. Y vaya uno a saber cómo nos ve ese otro. La riqueza del texto de Montalbetti, que fue presentado para un foro de fotografía en Sao Paulo, solo se aprovechará leyéndolo. Hueso húmero se completa con otras notas y ensayos de Clara Petrozzi (“Mujeres compositoras”), Mijail Mitrovic Pease (sobre poemas de Eduardo Chirinos), Marcelo Pellegrini sobre Pedro Lastra, pero también hay páginas sobre ficción, en los que se hallan textos de Julia Castillo, Zein Zorrilla, Henrika Ringbom, Rodolfo Häsler y Miguel Rubio del Valle. En reseñas, comentarios a libros Lengua negra de colores (Edgar saavedra), Apolo cupisnique (M. Montalbetti), Alcools (Mirko Lauer), Neomenia (Alberto Valdivia) y Desayuno (Micaela Chirif y Gabriel Alayza).