Mañana llega a los lectores de La República una de las películas del director Chicho Durant, la cual tiene como protagonista a Germán Gonzales. Este filme forma parte del ciclo Nuestro Cine y podrá adquirirla a solo S/. 2,50.Penúltima entrega., Federico de Cárdenas La película, tercera en la filmografía de Alberto Durant (Lima, 1951), se plantea como una historia de amistad y lealtades en un universo marginal, sometido a sus propias reglas. El protagonista, La Gringa (Germán Gonzales), es un delincuente célebre por sus fugas, que cuenta con el afecto de Julia (Elsa Oliveros) y que en el penal hace amistad con el Profesor (Gonzalo de Miguel), quien corrige sus pininos literarios y le salva la vida. La Gringa retornará a la isla de El Frontón a buscar al Profesor, coincidiendo con la masacre de los reclusos acusados de terrorismo en 1986. El guion sigue la historia linealmente, con un final anticlimático en torno al último escape de La Gringa. La alternancia se realiza en dos espacios: la Lima de la crisis (muy bien retratada en la introducción del filme) y la isla penal, recreada con acierto en su similar San Pedro. El principal elemento de madurez en esta tercera cinta de Durant se da en su tratamiento del espacio, tanto en la oposición del cuarto de Julia con la libertad de las azoteas cuanto en las escenas en la isla penal, en contraste con la claustrofobia de celdas y loberas. De las dos grandes secuencias colectivas, la de la fiesta del preso es la más lograda, y un tanto menos la del bombardeo. Uno de los problemas de la cinta, aparte de su tendencia a que los personajes verbalicen en exceso lo que piensan, es el no haber sabido dar a los personajes de Julia y el Profesor un tratamiento similar en jerarquía al de La Gringa que –en una buena actuación de Germán Gonzales– luce demasiado arisco, individualista y solitario como para que nos podamos explicar la pasión de Julia (las escenas de amor son aquí otra vez el mayor escollo del cine peruano) y la amistad que le genera el Profesor, docente sanmarquino acusado de terrorismo. Cierto, aquí surge el tema clásico de la “deuda a pagar”, pero el tratamiento resulta mucho más verosímil en el excelente Loco Luna que encarna Juan Manuel Ochoa con aplomo y ferocidad. De este modo, el tema de la amistad hacia el Profesor, que es el motivo mayor del personaje, queda en un plano muy teórico, sin encarnar lo suficiente. Es verdad que estamos ante una cinta cuya verosimilitud descriptiva resulta muy superior a su hondura psicológica, es por eso que encuentra sus mejores logros en su primera parte, cuando nos muestra los diversos ambientes de la isla penal y, como a la pasada, algunos personajes secundarios muy bien diseñados: el alcaide que encarna Orlando Sacha, el personaje de El Viejo que encarna Enrique Victoria, etc. El acierto del filme, ya lo dijimos, consiste en irnos mostrando poco a poco el funcionamiento de un sistema cerrado, definido a través de los espacios: La Gringa y el Profesor se conocen en la siniestra lobera; luego “ascienden” a los edificios del penal, con su división infranqueable entre “comunes” y “políticos”; conocemos después el espacio del alcaide y, finalmente, el gran canchón y los alrededores de la prisión. Este decorado, uno de los mejores del cine peruano, permite a Durant un adecuado desplazamiento de la acción, pero no –y es lástima– momentos de respiro. Se extraña en Alias ‘La Gringa’ algunos tiempos muertos, esos instantes en que no pasa nada y podemos detenernos en los personajes. Solo los tenemos muy pocas veces, uno de ellos cuando La Gringa escribe. O, caso único, cuando desde la azotea se queda mirando el camión blindado, y el espectador tiene la misma duda que el personaje, pensando si se resolverá o no a asaltarlo. La masacre de El Frontón (tercera aparición de SL en nuestro cine) parece muy rápida y se extraña una alternancia mejor concebida entre momentos de acción y reflexión. Es la distancia que media entre los zombies senderistas que nos presenta Durant (inmersos en su microclima dogmático) y lo restante del universo carcelario, igualmente desguarnecido pero capaz de esa profusión de afectos y lealtades que motivan ese “humanismo sucio” y muy solidario la que sin duda originó en el realizador el deseo de hacer esta cinta y que, no por azar, brinda los mejores momentos de Alias ‘La Gringa’. Nuestra última entrega Paloma de papel. La ópera prima del director Fabrizio Aguilar llegará a vuestros hogares el próximo domingo 23 de diciembre. Esta es una historia basada en la barbarie terrorista que azotó a nuestro país en el decenio de los ochenta.