El oro fácil, aquel que nadie controla y que puede generar grandes fortunas en poco tiempo, no solo atrae a peruanos que se adentran en la selva y montañas de la Cordillera del Cóndor. También a muchos extranjeros, especialmente ecuatorianos, que ven en El Cenepa una oportunidad para explotar el brillante mineral.
En ese enclave fronterizo de la provincia de Condorcanqui, en la región Amazonas, la ‘guerra’ o la paz están determinadas por quienes controlan las zonas donde hay vetas de oro.
Estos mineros ilegales hacen túneles y socavones para lograr grandes ganancias, mientras las comunidades nativas Awajún, que ocupan el mismo territorio, viven en medio del olvido.
Esta región, escenario del último conflicto bélico entre Perú y Ecuador en el año 1995, tiene una de las mayores reservas de oro del país. Es habitada por más de 20 mil comuneros y nativos.
Hasta hace dos años se explotaba el oro a través de 148 túneles, con total impunidad. Luego fueron cerrados, pero los mineros ilegales, peruanos y ecuatorianos, abrieron otros 38 socavones para seguir operando. Un informe de inteligencia de la Policía señala, incluso, que en los últimos 9 meses, los mismos mineros perforaron 18 túneles adicionales.
El viernes, después de casi dos décadas de lucha por la protección de sus territorios ancestrales, el pueblo Awajún vio por fin una reacción del Gobierno que permitirá poner fin a la minería ilícita que tanto daño hace.
Personal del Ejército y de la Policía incursionaron en la zona de observación de El Tambo, donde funcionaba la mina Afrodita, y recuperaron esa zona que estaba en manos de una mafia internacional financiada, según las autoridades, por los ecuatorianos José López, Juan Paqui y Fredy Castillo.
Ellos tenían como coordinadores a un abogado y a una lobista peruana.
“El Tambo es un lugar emblemático, porque había actividad minera ilegal de diversos grupos de personas, peruanas, ecuatorianas; comuneros y colonos; y esto ha ido creciendo con el tiempo”, indicó a La República el ministro de Defensa, Walter Martos Ruíz.
Tras calificar a quienes se dedican a esa actividad ilegal como mafias que están destrozando la selva y los ríos del país, agregó: “No vamos a permitir que haya otra ‘Pampa’ (como en Madre de Dios)”.
Muchas veces –explicó– quienes practican estas actividades ilegales se ven beneficiados por la negligencia y la corrupción.
“Los elementos que están actuando en la minería ilegal piensan que el último operativo (del jueves) es solo es un golpe de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas y que una vez controlada la zona, vamos a salir. No, las fuerzas del orden se van a quedar de forma permanente. Nos vamos a quedar el tiempo que sea necesario”, insistió el ministro Martos.
En efecto, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general EP César Astudillo Salcedo, aseguró que los 100 policías y militares que han recobrado el principio de autoridad en la zona serán relevados en un mes.
"Ellos vienen realizando la inhabilitación de la vía carrozable que conecta con el Ecuador. También están volando las bocaminas y socavones", detalló.
Agentes de la Dirección de Medio Ambiente de la Policía Nacional explicaron a este diario que el oro, aún adherido a la roca, es trasladado hasta el centro poblado La Herradura, en territorio ecuatoriano, donde es procesado y purificado con mercurio y cianuro para luego ser comercializado.
Una vez liberado el mineral, ingresa al mercado ecuatoriano, mientras que los relaves son arrojados a las quebradas y riachuelos, afluentes de los ríos peruanos.
Por cada saco de roca que extraen los mineros ecuatorianos logran entre cinco y diez gramos de oro puro.
El Tambo es la zona más cercana a la frontera, y ahí no había presencia del Estado. Los soldados más cercanos se encuentran en el puesto de vigilancia N°4, a cuatro horas de camino desde la zona donde operaban los mineros ilegales.
Consultado sobre esta problemática, el gobernador regional de Amazonas, Oscar Altamirano, dijo que ya tiene un plan de desarrollo integral definido en cinco líneas estratégicas: "el primero, relacionado con el desarrollo social, donde priorizamos la participación, la salud y la educación, con énfasis en la atención a niños y adolescentes, el saneamiento básico, la vivienda y el empleo digno".
El segundo, dijo, vinculado al desarrollo agropecuario; el tercero, al ambiente y la protección de recursos naturales como las cuencas hidrográficas; el cuarto, al turismo; y el quinto, a la integración vial, fluvial, y al aprovechamiento de recursos estratégicos, como los hidroenergéticos, hidrocarburíferos y mineros.
“En un año esto será totalmente distinto. Vamos a enfrentar los principales problemas que nos aquejan y sobre todo señalar una ruta clara de un nuevo Amazonas. Se combatirá la minería ilegal”, dijo tras sobrevolar El Cenepa.
“Hemos dispuesto la mejora de la habitabilidad y abastecimiento para el personal que permanecerá en la zona; y paralelamente se viene coordinando con el gobierno regional de Amazonas la implementación del plan de desarrollo integral”, indicó el ministro Walter Martos.
"También estamos haciendo sinergia con otros ministerios, como Energía y Minas, Salud, Vivienda”, añadió.
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