Martha y su hija son personas con discapacidad visual y viven en el caserío El Aliso. Ellas implementaron un biohuerto con la ayuda de Franklin, el esposo de Martha, y su hijo menor. Juntos trabajaron cultivando hortalizas como lechuga, beterraga, alcachofas y rabanitos.
De esta forma, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, a través de los programas sociales Contigo y Foncodes, promueve el desarrollo productivo de las personas con discapacidad severa y sus familias.
PUEDES VER Juegos Panamericanos 2019: Mypes produjeron más de 215 mil bienes y prendas para deportistas
Ellos no pueden ver, pero cultivan hortalizas; no pueden caminar, pero lograron cosechar alimentos orgánicos como el maíz, la alverja y la papa. Ser una persona con discapacidad severa les puso muchos retos en la vida, pero hasta ahora ninguno limitó sus ganas de aprender y salir adelante.
Los integrantes del Piloto “Noqanchis Atisun”, cuyo significado en quechua es “Todos Podemos”, son parte de la primera iniciativa de inclusión productiva ejecutado por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. 33 usuarios y sus familiares aprenden actividades productivas, con el fin de mejorar su alimentación y sus ingresos económicos.
Además, a través de un gestor del programa Contigo, recibieron acompañamiento en el hogar para el reconocimiento de sus derechos, así como el fortalecimiento de sus habilidades a través de diversos talleres sobre organización, primeros auxilios, hábitos saludables, autoestima y perseverancia.
Ocho meses después, el resultado es la primera cosecha orgánica producida por los usuarios junto a los miembros de su hogar, mostrando la capacidad que tienen las personas con discapacidad severa para incorporarse en actividades productivas.