Por: Edgar Gamboa
¿Negligencia o complicidad? Un reciente informe del programa Punto Final reveló que el exgobernador regional del Callao Félix Moreno tuvo hasta 48 horas para escapar de la exclusiva residencia en La Molina donde permanecía oculto luego de que las autoridades judiciales ordenaran su captura.
Según el reportaje difundido en Punto Final, el pasado febrero la fiscal Geovana Mori, del Equipo Especial Lava Jato, dispuso vigilancia policial al inmueble de la calle Jacarandá N° 180, en Camacho, donde se tenía información que Moreno podría estar escondido.
La visita de David González Sáenz, médico personal de Moreno, y de Olga Santos Segovia, exfuncionaria de su confianza, el 13 de dicho mes, confirmarían las sospechas de Mori y darían como resultado un informe de inteligencia, remitido el día 14.
Con esta documentación, la fiscal solicitó el allanamiento de la casa, el mismo que se efectuó el día 16. Sin embargo, pese a las certezas que se tenían, Moreno había escapado. Asimismo, según el acta de allanamiento, de las 12 cámaras de la residencia, solo seis funcionaban: las destinadas a la vigilancia externa.
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¿Qué pasó en las 48 horas entre el informe de inteligencia el allanamiento del predio?
El general Neyre Rodríguez, jefe de la Dirincri, asegura que la orden de vigilancia solo incluía los días 12 y 13 de febrero, pero pese a ello continuó los días 14 y 15. ¿Cómo explica entonces que no encontraran a Moreno? No tiene respuesta. Lo cierto es que alguien tuvo que ayudarlo. Alguien que sabía que estaba ahí.