Sol naciente en Cerro Azul

El puerto de Cerro Azul siempre será un lugar especial para la inmigración japonesa. Un monumento frente al mar marca el lugar donde tocaron tierra. ,El puerto de Cerro Azul siempre será un lugar especial para la inmigración japonesa. Un monumento frente al mar marca el lugar donde tocaron tierra. Allí, descendientes de los primeros llegados, o visitantes del Japón, o ambas cosas, hacen solemne pascana. Solo un puñado de parientes de aquellos pioneros de 1899 vive allí, pero la antigua presencia de una vida nipona completa todavía flota en el ambiente. El grueso de esa comunidad pasó en el valle de Cañete unos 40 años. El tiempo, el avance social, la lotización de las haciendas, y los efectos de la Segunda Guerra Mundial los desperdigaron. Probablemente una mayoría de ellos se reencontró en Lima. En 1908 se fundó en la hacienda Santa Bárbara una escuela para los hijos de inmigrantes, que también ofició como templo. El monumento es solo una evocación, pero también hay rastros. La bodega tradicional de la Plaza Mayor todavía es de la familia Maeda, y una de las panaderías es de los Takata. Otros apellidos, como Nakandakari, Matsushima, Gusukuma, Asato o Arata son conocidos en la zona. Los ausentes suelen volver para las celebraciones, como esta de los 120 años de la llegada. Hace algunos años un joven emprendedor nikkei fundó en Cerro Azul un restaurante de menú cargado a lo japonés, cerca del monumento a la gente del Sakura Maru, pero tuvo que cerrar. Los apellidos que subsisten en la zona están en San Vicente, la capital de la provincia, donde hay un sushi bar, pero no es de un nikkei. Todo empuja a la nostalgia. El cronista británico Ronald Gordon evoca los fastos del día de la coronación del Mikado, en noviembre de 1916. Llegaron a Cañete funcionarios uniformados de la corona, hubo dos días de festividades. “Fue leído un mensaje en pergamino enviado por el Mikado a sus súbditos de Cañete”. Evidentemente fue una inmigración bien organizada. La comunidad japonesa no está sola en su desaparición. Los coolies chinos que la antecedieron fueron víctimas de la guerra con Chile. Los ingleses de la British Sugar que recibieron a los japoneses fueron dejando el valle, y casi ningún descendiente. En el fondo solo los nikkei guardan un lugar en el corazón para su pasado en Cerro Azul.