2021 por la borda

“La izquierda peruana debe tomar seria distancia de Maduro. No tanto por táctica electoral, que sería una mentira con las patas cortas”. ,Sin duda alguna lo que viene sucediendo en Venezuela afectará las elecciones generales peruanas del 2021. Si la identificación con un Hugo Chávez todavía boyante le bloqueó la elección a Ollanta Humala en el 2006, la identificación con Nicolás Maduro (o su recuerdo) hará tiras las candidaturas de la izquierda peruana. Para los candidatos de la derecha será una de las campañas más fáciles de su historia reciente, casi con cualquier candidato. Sobre todo si la izquierda insiste en apoyar al régimen chavista o, en el caso de los más taimados, se coloca de perfil frente a la tragedia venezolana. Los argumentos que se escuchan desde la izquierda estos días son febles. Uno es el imperialismo yanqui, lo cual obvia el chino y el ruso. Otro es que al pueblo venezolano le iría peor sin Maduro. Luego está la idea de que le quieren quitar su petróleo a Venezuela, cuando es el propio chavismo el que lo ha venido dilapidando. Las candidaturas de izquierda que llegaron a presidir países en América Latina lo han hecho todas antes de que estallara la bomba de miseria del chavismo despetrolizado. Ninguna postuló una revolución contra la voluntad popular mayoritaria, ni atornillarse por la fuerza, ni un cóctel de saqueo con impunidad. En otras palabras, Maduro va camino de darle a la izquierda de la región una mala fama irreversible. Lo cual es uno más de sus crímenes, pues muchas de estas izquierdas tienen buenas credenciales democráticas, y son valiosas para los países en que actúan. Ninguna, salvo en Nicaragua, se ha sumado a la dictadura electoral con fraude. A estas alturas llamar izquierdista al régimen de Maduro es un abuso del lenguaje. El chavismo lo hace para acopiar apoyo en ese sector de la política en América Latina. Pero más exacto sería llamar a Chávez y Maduro seguidores de Rafael Leónidas Trujillo, el carnicero de República Dominicana, ejecutado en 1961. La izquierda peruana debe tomar seria distancia de Maduro. No tanto por táctica electoral, que sería una mentira con las patas cortas. Sino por efectiva convicción, y concreción de sus declarados compromisos con el destino de los pobres. Sería una locura dejarle todo el campo democrático libre a la derecha.