Blue Beetle, por Sandro Mairata

Blue Beetle no será la cinta que reflote el alicaído universo DC –Black Adam, Shazam! 2, Flash, adiós Henry Cavill y Gal Gadot–, pero sirve para un momentáneo control de daños. Y a estas alturas, ya todos saben que viene con banda sonora que incluye a Los Saicos y Soda Stereo.

Como cinta de superhéroes, lo de Blue Beetle es pobre. Sin enfrentamientos notables, una trama sólida o un villano de nivel (lo siento, Susan Sarandon), el director Ángel Manuel Soto pone al centro a lo mexicano con la familia de Jaime Reyes (Xolo Maridueña), un graduado que vuelve a “Palmera City”, ciudad resumen del estereotipo latino de costas de mar. La reliquia robótica en forma de escarabajo azul lo elegirá para hacer simbiosis y convertirle en superhéroe para luchar contra el mal.

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Así no lo recordarán los fans de este héroe nacido en 1939; Reyes es la tercera encarnación del personaje y se supone que vivía en El Paso, Texas y… etc. Con referencias a “María, la del barrio” y “El Chapulín Colorado” y las canciones, Soto apela a la nostalgia latina mexicana y continental. La fuerza de Blue Beetle es sentimental, no cinematográfica.

Aun así, Soto propone un lenguaje propio en los blockbusters con lo étnico-latino, estilo Ms Marvel o Black Panther. Maridueña no convence convertido en un experto en combate cuerpo a cuerpo sin explicación visible. Y la bella Bruna Marquezine (popularísima en Brasil, ex de Neymar) aparece dirigida como en telenovela. Quiero decir algo más sobre el excelente grupo de leyendas latinas del clan Reyes (Damián Alcázar, Elipida Carrillo –Depredador–, George Lopez, Adriana Barraza) y las referencias a la guerrilla en Centroamérica y las escenas hilarantes al respecto, pero mejor vean ustedes.