El Ejército ucraniano acusó este viernes a Rusia de haber atacado con bombas de fósforo a la isla de las Serpientes, tras haberse replegado el jueves de ese estratégico emplazamiento del mar Negro.
“Hacia las 18.00 h (del viernes), aviones SU-30 de la Aeronáutica rusa realizaron dos ataques con bombas de fósforo contra la isla de las Serpientes”, escribió en Telegram el comandante en jefe del Estado Mayor ucraniano, Valerii Zalujnii.
El Gobierno ruso presentó el jueves su retiro de las islas como un “gesto de buena voluntad”, con el que pretendía demostrar su no intervención en los esfuerzos de la ONU para facilitar la exportación de cereales ucranianos.
Según el Ejército ucraniano, los bombardeos del viernes ponen de manifiesto que Rusia “no respeta sus propias declaraciones”.
Las bombas de fósforo, que dejan una estela blanca en el cielo, son armas incendiarias cuyo uso está internacionalmente prohibido contra objetivos civiles, pero no militares.
Ucrania acusó en varias ocasiones a Rusia de haber usado bombas de fósforo contra civiles desde el inicio de la invasión de su territorio a fines de febrero, pero Rusia siempre negó haber recurrido a esos artefactos.
La isla de las Serpientes tiene una gran importancia estratégica y se convirtió en símbolo de la resistencia de Ucrania cuando los guardias que la defendían rechazaron en un mensaje de radio, ya famoso en todo el país, la orden de rendirse.
Tras su conquista, mantenerla bajo su control les costó a los rusos hombres y material.
No muy lejos de sus costas, el crucero Moskva, buque insignia de la flota rusa del mar Negro, fue alcanzado en abril por un misil ucraniano, incidente que infligió a la Marina rusa su mayor humillación en varias décadas.