Hace siete años el papa Francisco presidió en la plaza de San Pedro la canonización de Karol Wojtila (Juan Pablo II) y de Angelo Giuseppe Roncalli (Juan XXIII) en una ceremonia ante 800.000 personas, que contó con la presencia del papa emérito Benedicto XVI.
En aquella ocasión el sumo pontífice catalogó a Juan XXIII y Juan Pablo II “como dos hombres valerosos”. Por su parte, Bergoglio alabó las figuras de los dos nuevos santos: “Conocieron las tragedias del siglo XX, pero no se abrumaron con ellas”.
Durante su breve homilía, Francisco señaló a San Juan XXIII como el papa de la docilidad del Espíritu Santo, mientras que San Juan Pablo II fue el papa de la familia. Uno y otro, añadió, “restauraron y actualizaron la Iglesia según su fisonomía originaria”.
La ceremonia fue concelebrada por 150 cardenales y 700 obispos ante la presencia de 24 jefes de Estado. Fue trasmitida en directo para más de 800.000 peregrinos que se encontraban en la plaza de San Pedro y para millones de personas en el mundo a través de las pantallas de televisión.
Solo han pasado siete años desde aquel 27 de abril, pero el mundo es otro. Nos encontramos ante la figura del miedo y la incertidumbre por una pandemia global que paraliza muchos sectores de la sociedad, pero que a través de las enseñanzas de estos dos hombres religiosos, ahora santos, se puede buscar un poco de esperanza.
Nacido en Sotto il Monte el 25 de noviembre de 1881, Angelo Giuseppe Roncalli se ordenó sacerdote en 1904. En 1921, fue llamado a Roma por Benedicto XV como presidente para Italia del Consejo Central de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe. En 1953, fue creado cardenal y nombrado Patriarca de Venecia. Fue elegido papa el 28 de octubre de 1958. Su magisterio social se recoge en las encíclicas Mater et Magistra (1961) y Pacem in Terris (1963). Durante su pontificado, convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II. Murió la tarde del 3 de junio de 1963, el día después de Pentecostés.
Nacido en Wadowice, Polonia, el 18 de mayo de 1920, Karol Józef Wojtyła asistió a cursos de formación en el seminario mayor clandestino de Cracovia a partir de 1942, durante la Segunda Guerra Mundial. Fue ordenado sacerdote en 1946 y doce años después fue nombrado obispo auxiliar de Cracovia por Pío XII. El 13 de enero de 1964 fue nombrado arzobispo de Cracovia por Pablo VI, que lo volvió cardenal el 26 de junio de 1967. Fue elegido papa el 16 de octubre de 1978. Durante su pontificado, realizó 104 viajes apostólicos. El 13 de mayo de 1981 sufrió un grave ataque en la plaza de San Pedro. Murió en su apartamento del Palacio Apostólico el sábado 2 de abril de 2005, en la víspera del Domingo in Albis o de la Divina Misericordia, que él mismo había instituido.