Hasta 2.000 personas, según la Policía, se manifestaron este sábado 13 de febrero en Viena pese a que las concentraciones estén prohibidas, contra las medidas del Gobierno austríaco para frenar la pandemia de coronavirus.
La policía multó a varios centenares de personas por no respetar las medidas de distanciamiento o por negarse a cubrirse las vías respiratorias.
Las seis concentraciones convocadas fueron prohibidas por las autoridades, pues en las anteriores no se habían respetado las medidas de seguridad, como la distancia social.
El 16 de enero, 10.000 personas salieron a las calles y otras tantas lo hicieron dos semanas después, aunque las marchas estuvieran prohibidas.
El Gobierno decretó un confinamiento, el tercero, después de Navidad, lo que causó un gran descontento entre la población.
Aun así, el virus continúa propagándose en el país, de 8,9 millones de habitantes, donde el sábado se registraron 1.400 nuevos casos. La región del Tirol, en el oeste, es un foco de la variante del coronavirus detectada inicialmente en Sudáfrica.
El lunes, el Gobierno suavizó las restricciones al permitir la apertura de los museos y de las tiendas. Las escuelas, de momento, permanecen abiertas dos días por semana.