Bernardo Cuesta llegó en silencio. Sin mucho aspaviento y pompa como en 2012. El aeropuerto desolado. El ídolo melgariano regresó a Arequipa por tercera vez y con el perfil bajo que lo caracteriza. Por primera vez llegó en 2012, se vistió de rojinegro y parece que la camiseta lo llama, la tierra lo pide y el hincha lo aclama.
“Gracias a todos y vuelvo con mucha ilusión” dijo apenas apareció en la sala de embarque del aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón de Arequipa. Llegó solo. Dejó a la familia en Argentina y se vino a participar de la pretemporada del FBC Melgar que lo extraña cada vez que decide partir.
Cuesta estará alejado de todos por dos semanas. Debe pasar cuarentena por los protocolos de salud. Llega descansado luego de unos días en su natal Álvarez en Rosario. Compartió buenos días en familia y sabe que si llega a Arequipa será para ponerse la cinta de capitán y a poner orden dónde no lo hubo en su ausencia.
Lamenta partidas
Bernardo Cuesta llegó a Arequipa en el 2012 cuando tenía 22 años. Lo trajo la directiva de Henry Bustinza y el entrenador Julio “El Negro” Zamora.
El “Mudo” le decían cuando llegó y poco a poco se metió en los corazones melgarianos tras lograr 118 goles con la camiseta rojinegra.
Cuesta vuelve, pero no encontrará en las filas de Melgar a sus buenos amigos. Les tiene mucho agradecimiento y cariño a Gustavo Vivanco, ex Gerente Deportivo de Melgar, y a Eduardo “Patato” Márquez con quien comparte el podio de ídolos melgarianos.