Ceremonia de despedida en honor a la servidora Celinda Pineda Jiménez

En una emotiva ceremonia, la Corte Superior de Justicia de Moquegua rindió homenaje a la servidora Celinda Pineda Jiménez, quien culmina su labor tras 41 años en el Poder Judicial, 20 de los cuales los desempeñó en la Sala Mixta Descentralizada de Ilo, desde su creación. El acto fue presidido por el Dr. Percy Pascual Ruiz Navarro, presidente de la Corte de Moquegua, magistrados, compañeros de trabajo y familiares, quienes reconocieron la trayectoria de Pineda Jiménez. Destacando su compromiso, responsabilidad y la huella imborrable que deja en la institución.

“Muchos quisieran terminar un ciclo como usted, señora, saliendo por la puerta grande, sin sanciones, sin quejas, con el cariño de sus compañeros”, expresó Máximo Jesús Loo Segovia. Celinda Pineda fue reconocida como la primera y única trabajadora en permanecer desde la apertura de la Sala Mixta, convirtiéndose en la imagen de bienvenida para quienes acudían a sus instalaciones.

Anécdotas y recuerdos

Se resaltó el trato cordial y empático de Pineda Jiménez. “Ella era nuestra pastillita de calma. Recibía a las personas molestas o fastidiadas, logrando que se fueran tranquilas y contentas”, recordaron sus compañeras de trabajo. También se evocaron momentos de su juventud, cuando, tras finalizar su jornada, solía visitar una tienda local, dejando una marca positiva en quienes la conocieron desde entonces.

Entre los testimonios, se destacó su solidaridad y amabilidad. “Una vez, una asistente se quedó sin almuerzo y, sin dudarlo, Celinda compartió el suyo de manera discreta”, mencionó uno de los asistentes. Asimismo, se recordaron sus famosos “caldos revitalizantes” y bebidas saludables, que se convirtieron en un gesto habitual hacia sus compañeros.

Un legado de trabajo ejemplar

Se mencionó que Pineda fue reconocida en años anteriores como “la trabajadora más puntual”, ya que llegaba a las instalaciones incluso antes de las 7 de la mañana. A su turno el Dr. Edwin Vargas Valdez, Secretario General del Sindicato de Trabajadores resaltó que su forma de trabajar constituye un ejemplo de empatía y felicidad laboral. “Es el tipo de legado que queremos que los nuevos trabajadores emulen. Celinda nos enseñó que la dedicación con alegría es posible”, expresó.

En un momento especial, los presentes recordaron la frase favorita de Pineda: “Diosito me lo bendiga”, la cual ella solía repetir al saludar y despedirse. Para cerrar la ceremonia, los asistentes devolvieron ese mensaje a Celinda con cariño y gratitud. Ahora, Pineda Jiménez inicia una nueva etapa dedicada a disfrutar del tiempo con sus hijos, nietos y bisnietos.

Sus compañeros la despidieron con un emotivo mensaje: “Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío que no puede llenar la llegada de otro amigo. Señora Celinda, Diosito me la bendiga”.