Cristhian, el ángel que pasa su infancia en una sala de hospital

Caso humano. El niño es el paciente más antiguo del pabellón de quemados del Hospital del Niño. Está internado hace tres años tras sufrir lesiones en el 45% de su cuerpo. Este mes el número de afectados se duplica a causa de los pirotécnicos.,Una vela dejada encendida cerca de su cama le dañó la vida cuando apenas tenía un año de edad, en el 2013. El fuego dañó el 45% de su cuerpo y desde entonces ha estado postrado en una camilla del Hospital del Niño en Breña. PUEDES VER: Piden a padres, madres y docentes de Loreto a cuidar de menores Cristhian (4) es considerado el paciente más antiguo del pabellón de quemados. Los pacientes de este servicio son dados de alta por lo general a los 30 días, pero él ya lleva 3 años internado por las graves lesiones que dejaron las quemaduras en su cuerpo. En este hospital ha sido sometido a 30 operaciones de reconstrucción con injertos de su propia piel. El fuego comprometió los dedos de sus manos y pies. Su rostro quedó desfigurado. El humo que inhaló le generó daños cerebrales, en el sistema respiratorio y en las cuerdas vocales. Es decir, Cristhian ahora no puede caminar, comer, respirar, ni hablar. La única palabra que emite algunas veces es 'Ana', el nombre de su hermana mayor. El accidente ocurrió al interior de un mercado de Huachipa donde su madre, Carmen Huanay, trabajaba como vigilante. La noche del 10 de noviembre del 2013, Carmen salió a buscar comida dejando solo a Cristhian sobre un colchón, en el suelo, y al lado de una vela encendida. Mala idea. La vela cayó sobre el colchón y el pequeño fue envuelto por las llamas. Se salvó de la muerte, pero sufrió lesiones en su mente y en su cuerpo. El padre de Cristhian, Rubilo Tapia Cabanillas (40), desapareció al saber de la tragedia. No ha vuelto a verlo. Cada año, el Hospital del Niño de Breña atiende a más de 280 niños con quemaduras, en su mayoría en edad pre escolar (3 a 5 años). El número de atenciones se duplican en diciembre, cerca a fin de año. En un día cualquiera llegan al servicio de quemados en promedio dos pacientes, pero a partir del 21 de diciembre, fecha que el hospital se declara en alerta roja, el número de pacientes quemados alcanza 5 o 6 en una sola jornada a causa de la manipulación de pirotécnicos. "La Nochebuena es la noche mala para nosotros porque tenemos más pacientes. Llegan con quemaduras de rostro, de manos por explosión de ratas blancas. Muchas veces se tiene que amputar los dedos", señala Marco Lazo, especialista del servicio de Cirugía Plástica y Quemados del hospital. La causa más frecuente de quemadura es por agua hirviendo, 65%; le sigue el fuego y la electricidad. Pero en diciembre los accidentes son más por fuego a causa de pirotécnicos. Lazo explica que la mayoría de accidentes ocurren en el propio hogar. Por esta razón exhortó a los padres de familia a tomar conciencia sobre el peligro que representa el adquirir y manipular pirotécnicos, así como a poner en riesgo la integridad de sus hijos dejándolos solos y encerrados en casa con velas encendidas, lamparines u otro tipo de aparatos de iluminación. Desde hace 87 años El Hospital del Niño, ubicado en Breña, cumplió en noviembre último 87 años de vida. Son miles de historias que se escriben día a día en los consultorios y salas de hospitalización. Como el caso de Liz Ticona (36) y su esposo Yuri Álvarez, quienes trajeron desde el Cusco a su hijo Cristopher de 2 años para que sea sometido a una reconstrucción de esófago. El niño nació sin esa parte del aparato digestivo y estaba a punto de morir. En Lima los médicos construyeron un nuevo esófago con una parte de intestino. Ahora el pequeño está en una fase de recuperación. Liz y su esposo Yuri están en Lima hace seis meses y para ganarse el pan de cada día trabajan como ambulantes vendiendo polos en Gamarra. Se turnan cada 12 horas para ir a trabajar y cuidarlo por las noches. "Si uno está en Gamarra el otro debe estar en el hospital. Cristopher no puede estar solo en ningún momento porque se ahoga con su propia saliva", señala Liz Ticona. El Hospital del Niño atiende al año a más de 1.200 pequeños con patologías de la más alta complejidad. Los pacientes son en su mayoría de provincia.