“Policías me dijeron que iba a perder mi tiempo y dinero”

Marilyn Ruiz pudo ser asesinada en febrero, pero las autoridades la ignoraron y su agresor, Erik Espinal, acabó matando a otra joven. Hoy, ella cuenta su caso.,Han pasado más de cinco meses desde que Marilyn Ruth Ruiz Medina, de 21 años, logró escapar de la muerte. Durante todo este tiempo, ella solo ha querido olvidar. Pero la historia que le tocó vivir el pasado 1º de febrero se repitió hace solo unos días con otra joven que no tuvo su misma suerte. PUEDES VER: Arlette: “Debemos estar unidas, fortalecernos y buscar un cambio” María Elena Chumbimune Anyosa tenía casi la misma edad de Marilyn cuando fue asesinada en la cochera de un edificio en San Borja. Erik Espinal Hernández, un estudiante de ingeniería y fanático de videojuegos, la acuchilló solo porque no quiso tener relaciones sexuales con él. En su humilde casa de Villa El Salvador, Marilyn Ruiz nos recibe y está dispuesta a contar su historia para que nunca más se repita. Ella también subió al auto de Erik y estuvo en esa cochera donde los gritos y la vida de María Elena se apagaron para siempre. Policías me ignoraron “Es difícil recordar lo que me pasó. Yo ya quería enterrar todo esto. Pero cuando me enteré por las noticias de que Erik había matado a esa chica del modo en que intentó hacerlo conmigo, toda la impotencia y la rabia que sentí en ese momento volvieron”, declara indignada. Más de una decena de vecinos del edificio ubicado en la avenida Del Parque Sur Nº 677 fueron testigos del ataque contra Marilyn. Ellos la oyeron gritar y la vieron correr por las escaleras semidesnuda, mientras Erik Espinal la perseguía cuchillo en mano, como en una película de terror. “Fueron muchas personas. Había testimonios suficientes para meterlo preso, porque fue un intento de homicidio, pero los policías ignoraron mi caso y me desanimaron a seguir con la denuncia. Me dijeron que mejor llegue a un acuerdo con él, que solo iba a perder mi tiempo y dinero”, recuerda molesta. Sin plata no hay justicia En efecto, Marilyn carecía de recursos para pagar un buen abogado. Trabajaba entonces en una cadena de cines y su sueldo apenas le alcanzaba para sus gastos personales. Aun así, luchó durante un mes en busca de justicia, pero al ver que el caso no avanzaba terminó desistiendo y aceptó una conciliación extrajudicial con su agresor. “La única diligencia que pasé fue con el médico legista. Como no tenía lesiones graves, esto le favoreció a Erik. Él tiene dinero, su mamá tiene negocios y yo veía que su abogado se movía, que la Policía no hacía nada y por eso preferí dejar las cosas ahí. Nunca pensé que meses después mataría a una chica”, refiere. De nada valió que cuatro personas certificaran la agresión. Ninguna de ellas fue notificada por la comisaría de San Borja. “Me amenazó con un cuchillo, rompió mi ropa y me dijo que todo estaba planeado. Me violaría, me embriagaría y viajaría a España. Nadie sabría lo que pasó”, denunció Marilyn aquella vez, pero ninguna autoridad le hizo caso. Parecía buen chico Marilyn y Erik se conocieron en octubre pasado, cuando el alumno de la UPC llegó a trabajar al mismo cine que ella. Pese a ser de una familia acomodada, Erik necesitaba experiencia laboral y esa era una buena oportunidad. La primera impresión que causó en todos fue de que se trataba de un chico tranquilo. “Parecía una buena personas, incapaz de hacerle daño a nadie. Incluso se llevaba mejor con las chicas que con los chicos. Era bromista, caballeroso y atento, aunque a veces también un poco infantil. Hablaba mucho de sus videojuegos y las series que veía, quizá por eso se llevaba mejor con nosotras”, señala Marilyn. Pero entre todas sus compañeras, Marilyn siempre fue la preferida. El respetado jugador de Dota 2, autor de varios tutoriales y entrevistas al respecto en YouTube, le invitó a salir en más de una ocasión y le expresó sus deseos de tener algo más que una simple amistad. “Salimos varias veces y como en tres oportunidades me dijo que estaba enamorado de mí, pero yo le aclaré que solo lo veía como un amigo. No pensé que se obsesionaría de esa manera. Ahora entiendo que nunca debí aceptar esas salidas”, reflexiona. Marilyn sabe que su testimonio es valioso y por eso ha aceptado la entrevista. De alguna manera, cree que puede ayudar a que las autoridades dejen de ser tan indiferentes con los casos de violencia. “Si me hubieran hecho caso, Erik habría estado preso y María Elena nunca hubiera muerto. Ojalá esto nos sirva de lección a todos”, sentencia.