Homicidas cercenaron el cuerpo, metieron los restos en una maleta y le prendieron fuego, pero una inesperada lluvia apagó las llamas y la mano derecha pudo salvarse. Los peritos tomaron muestras dactilares y así pudieron identificar el cadáver del reconocido y querido hombre de prensa.,Los asesinos creyeron que abandonándolo despedazado e incinerado en una zona inhóspita nunca lo encontrarían. Se equivocaron. Dejaron el cadáver con el fuego prendido, sin imaginar que una lluvia inesperada apagaría las llamas y dejaría intacta la mano derecha. Las huellas dactilares permitieron descubrir que se trataba del cadáver del editor audiovisual y periodista José Yactayo Rodríguez. El cuerpo no estaba completo. Faltaban la cabeza y las piernas. No hay crimen perfecto. Mientras sus familiares y un ejército de amigos lloran la cruel desaparición de Pepe Yactayo, como era popularmente conocido y tratado con cariño, un grupo de élite de la División de Homicidios avanza decididamente en la investigación para identificar a los autores del espantoso asesinato. Los brutales asesinos, enceguecidos por el odio y desesperados por desprenderse del cuerpo, se descuidaron y dejaron evidencia. Por ejemplo, se quedaron con el teléfono de Yactayo. PUEDES VER: Aparece en Huacho cadáver de periodista José Yactayo El levantamiento del secreto de las comunicaciones del celular del periodista será pieza fundamental para lograr la identificación de los autores que participaron en el secuestro y descuartizamiento de la víctima. Por la forma en que fue aprehendido, torturado, asesinado y cercenado Pepe Yactayo, los agentes policiales consideran que participaron en el crimen dos o más personas. El traslado de los restos del periodista hasta una zona agrícola del poblado de Andahuasi, ubicado en el kilometro 39,7 de la carretera de Penetración Río Seco, en el distrito de Sayán (provincia de Huaura, Lima), contribuye a creer que fueron por lo menos dos sujetos los que protagonizaron el hecho. Lluvia salvadora Los agentes de la División de Homicidios han requerido la aplicación del sistema de geolocalización, lo que permitirá conocer la ubicación geográfica de teléfono celular de José Yactayo y de esa manera conocer el desplazamiento que siguió hasta el momento de su desaparición, en horas de la noche del sábado 25 de febrero, luego de tomar un café con colegas de un medio periodístico. Sus amigos aseguraron a la Policía que dejaron a Pepe Yactayo en las esquina de las avenidas Canadá y La Rosa Toro, en San Luis. De acuerdo con las investigaciones, el teléfono celular de José Yactayo estuvo activado todo el tiempo, pese a que la familia ya había denunciado su desaparición ante la Dirección de Investigación Criminal. Los asesinos incluso respondieron con mensajes confusos las comunicaciones de los familiares y amigos. La búsqueda del periodista Pepe Yactayo se propaló en todos los medios de prensa. En las redes sociales, sus familiares y amigos rogaban que apareciera sano y salvo. Sin embargo, dos días después, el lunes 27 de febrero, una llamada telefónica alertó a los efectivos de la comisaría de Sayán. Un vigilante de la empresa azucarera Andahuasi, que no quiso identificarse, denunció el hallazgo de un cuerpo calcinado que yacía entre los cañaverales del extenso fundo agrícola Cantalán. Eran las 4 y 30 de la tarde. Huellas reveladoras Inmediatamente, el comisario de Sayán, capitán PNP José Gutiérrez Jara, ordenó el desplazamiento de una patrulla al lugar. Los suboficiales John Junco Mejía y Juan Peña Díaz descubrieron que el tórax y brazos de una persona de sexo masculino estaban quemados y dentro de una maleta que había sido consumida también por el fuego. El cuerpo no presentaba cabeza ni miembros inferiores. Los restos de la víctima se encontraban en posición decúbito ventral y tenía los brazos extendidos con huellas de haber sido atado con una cinta plástica. Su mano derecha logró salvarse milagrosamente debido a que ese día lunes por la tarde llovió como nunca y se apagó el fuego. El fiscal penal provincial de Huaura, Manuel Mendoza Berdiales, dispuso el levantamiento de los restos y el internamiento de estos en la Morgue de Huacho, donde los peritos de Criminalística de la provincia lograron obtener impresiones dactilares que fueron enviadas al Laboratorio Central de Criminalística, ubicado en la avenida Aramburú, en San Isidro. El 2 de marzo, las huellas obtenidas de la mano derecha de la entonces persona desconocida fueron homologadas con la base de datos del sistema Afix y se determinó que pertenecían al periodista José Yactayo Rodríguez. Barajan dos hipótesis El jefe de la Dirección de Investigación Criminal, general PNP Miguel Núñez Polar, informó que se ha iniciado una investigación por homicidio calificado por la muerte del periodista José Yactayo. "Se manejan varias hipótesis, no podemos descartar nada, por esa razón se ha pedido el levantamiento del secreto de las comunicaciones del teléfono del periodista José Yactayo, que nos dará más luces de lo que realmente sucedió", expresó el general Miguel Núñez. De acuerdo con las declaraciones de los familiares, el periodista Yactayo, natural de Huánuco, era un hombre soltero, no tenía hijos y vivía en el mismo edificio donde residía su progenitora, en el distrito de San Luis. "Estamos investigando a todo su entorno familiar y amigos que lo frecuentaban, también a las personas que lo vieron por última vez. Incluso hemos solicitado todas las imágenes que captaron las cámaras del lugar, donde el periodista Yactayo fue dejado desde un automóvil", comentó un oficial de Homicidios que tiene a cargo las investigaciones. Una de las interrogantes que se hicieron los agentes de Homicidios fue: ¿por qué sus amigos lo dejaron a tres cuadras de su casa y no lo llevaron a la puerta del domicilio? Otra de las hipótesis que maneja Homicidios es la venganza pasional, debido a la crueldad del asesinato. Esto obliga a los agentes a investigar al entorno más íntimo de José Yactayo, porque los homicidas conocían su desplazamiento y sus hábitos. "Pudo haber sido gente de su entorno", no descartó un detective.